Mesa de Desarrollo de Islay, problemas y posibilidades
Ha hecho bien la administración regional en propiciar el diálogo y luego instalar una mesa de negociaciones en Islay para evitar la huelga indefinida que se iniciará en esa provincia este lunes. Lo que hemos visto en este caso es algo que en ocho años jamás se hizo por parte de Juan Manuel Guillén Benavidez: tomar la iniciativa y propiciar el consenso viajando a Lima, con los dirigentes de la zona, para que el gobierno central se comprometa en la solución de este problema. ¿Significa esto que el problema de Islay ya se solucionó? Creemos que no.
Como sabemos, la denominada Mesa de Desarrollo de la Provincia de Islay, ha sido instalada con la presencia de tres ministros (Agricultura, Energía y Minas y Ambiente) y las autoridades de la zona. Hay un acta firmada, comisiones y un cronograma de trabajo que hay que materializar. Obviamente, esto no significa que ya no se producirá la huelga indefinida que empezará este lunes. Los que están acicateando esta protesta (incluyendo al Isaac Humala, padre de nuestro presidente, quien parece que ya vive allí), usarán esa Mesa de Desarrollo como un motivo más de protesta; es decir, dirán que no fue representativa, que no contó con los actores principales y cualquier otro pretexto, para luego pedir su disolución.
Entre las tareas urgentes que hay que poner en marcha, está la de fortalecer esta Mesa de Desarrollo involucrando a más actores y organizaciones que demuestren que este acto no fue una fabula o treta para menguar temporalmente los problemas, sino que realmente será la expresión del gobierno, en sus tres instancias, para atender las demandas inmediatas de la población.
Repito, eso no impedirá la huelga, pero lo importante es que el gobierno, especialmente el regional, de muestras de acercamiento y voluntad de atender las urgencias de la zona en contra de lo que ellos consideran atentatorio a sus condiciones de vida. A los antimineros y opositores, sólo les queda radicalizar su anunciada huelga con lo que quedará demostrado, una vez más, que en este tema hay una obtusa oposición que no tiene nada que ver con el desarrollo de Islay y especialmente de Tambo, como lo pregonan.