Para no enganchase con la corrupción
Las cuentas virtuales de Omar Zevallos y Gustavo Rondón nos han venido informando de la vergonzosa situación del Coliseo Arequipa. Por las imágenes mostradas, sabemos de una obra no sólo inconclusa sino abandonada por el Municipio Provincial. A la vez, ya empiezan a conocerse las docenas de obras en similar situación que ha dejado el Gobierno Regional, todo esto envuelto en un halo de sobrevaloración y corruptela generalizada. Así, Arequipa se enrola con lo que viene sucediendo en todo el país desde hace muchísimos años; es decir, la herencia que dejan la mayoría de gobiernos regionales y locales está atravesada por acciones delincuenciales. ¿Qué hacer para qué en el 2018, las actuales autoridades no caigan en lo mismo?
A la pregunta anterior hay que sumarle la siguiente: ¿qué deben hacer, en especial las noveles autoridades, para no engancharse y reproducir la corruptela imperante en nuestro país, que es el trasfondo de lo descrito arriba? Reconociendo que poco o nada pueden hacer este año, ya que el saliente les endosó su programación, sería bueno que aprovechen los siguientes 365 días para aprender cómo funcionan los gobiernos que les ha tocado administrar. Del universo de cosas que descubrirán, lo más atractivo serán las grandes obras cifradas en millones de millones de soles que, obviamente, los harán salivar.
La obsesión en esas obras será inevitable, pero justamente para que no terminen como sus antecesores: señalados, perseguidos y arrastrando sus pasos en el Poder Judicial, sería bueno que se concentrarán especialmente en el sistema de contratación del Estado, pues allí se enterarán cómo deben estar sustentados los expedientes técnicos, cómo garantizar que las licitaciones públicas sean transparentes y cómo –para mayor seguridad– deben elaborar las cartas-fianza de fiel cumplimiento, entre otras cosas.
Otra recomendación: no hacerle caso a los asesores que empezarán a decir que tienen a los “súper contactos” con contratistas y supervisores que, con la ayudita de contralores, árbitros, fiscales y jueces, la obra de marras, concretizarán la obra “sin problemas”.
Si sólo conocieran este sistema de contrataciones, dormirán tranquilos y, principalmente, evitarán que sean sus madrecitas las más recordadas al final de su gestión.