El nuevo estatuto de la UNSA

Ante la existencia de una nueva ley universitaria, la Universidad Nacional de San Agustín, al igual que todas las universidades públicas, tiene la obligación de adecuarse a ella a través de un nuevo estatuto; es decir, crear el marco regulatorio, normativo de todos los que pertenecemos a esta Casa Superior de Estudios. El actual data de 1984; es decir, un estatuto de 30 años que indudablemente merecía, por lo menos, ser actualizado. Nunca se hizo, pero ahora es la oportunidad para hacerlo y sentar así una de las bases para su mejoría. ¿Ocurrirá?

Cumpliendo con los plazos de la nueva ley, varias universidades públicas del país ya han instalado sus respectivos Comité Electoral Transitorio que es el primer paso para la adecuación de la nueva norma. En la UNSA, la convocatoria ha salido tardíamente y mañana miércoles, elegirán a los representantes de Facultad que luego competirán  en la formación de la nueva Asamblea Estatutaria.

 Como era de esperarse, inmediatamente han salido a disputarse los nombres o personas que desean integrar dicha Asamblea generando así una riña estéril, lo que no ocurriría si es que este proceso se le aborda correctamente; es decir, antes de hablar de nombres lo que debiera hacerse es discutir cuál es la universidad agustina que queremos para la próxima treintena de años, una que se adecúe a los nuevos escenarios, externos e internos, que vivimos y que responda a los retos que esos escenarios exigen cada vez con más prontitud.

 El actual estatuto agustino, el de 1984, decía en su parte introductoria  que “El claustro agustino debe ser una institución líder dentro de la sociedad que defienda la libertad y la justicia sin influencias negativas, con la única meta de cumplir sus elevados fines”; es decir, ni siquiera respondía al espíritu o esencia de toda universidad, que es la creación de ciencia, tecnología y promoción social. Si el nuevo estatuto que está por hacerse, responde por lo menos a eso, debiéramos sentirnos satisfechos.

 Ojalá que la reserva profesional, técnica y ética que tiene la UNSA aflore y se movilice para aprovechar esta brillante ocasión que se le presenta, no sólo para crear ese nuevo marco normativo que la adecúe a la nueva Ley, sino también para recuperar el prestigio y prestancia que alguna vez tuvo, convirtiéndola así en una de las mejores universidades públicas del país. De no ocurrir, esta oportunidad será ganada, nuevamente, por los pilluelos que la tiene secuestrada varios lustros.