Los tambores de guerra de Tía María
Más que una reunión, por lo menos, respetuosa y dialogante, la audiencia de mañana en torno a la presentación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto minero Tía María, se anuncia con tambores de guerra y no faltan los autoproclamados dirigentes populares que ya anuncian muertos y heridos que tendrán como “único responsable” a la empresa Southern.
Definitivamente, con ese ambiente tan grisáceo, es muy difícil que se llegue a un acuerdo y mucho menos a consensos que pongan punto final al conflicto para poner en marcha un proyecto que ya ha sido absorbido por la política menuda. Justamente, allí radica parte del problema, pues es imposible que ad portas de un proceso electoral, el tema de Tía María se pierda como idea fuerza para quienes han descubierto en lo ambiental, una de sus principales armas ideopolíticos en las batallas electorales. En ese sentido, que no nos parezca raro que pasadas las fiestas de diciembre se reactiven los casos de Majes Siguas II y Conga; es decir, los ejércitos políticos que están en contra de estos grandes proyectos no han desaparecido, simplemente han estado aguardando un mejor momento y escenario y ese será el próximo año.
Pero más allá de la política menuda, para las ciencia sociales el caso de Tía María debiera ser usado como un gran laboratorio para profundizar en el estudio de los conflictos sociales en su variante más actualizada; es decir, el de la acción colectiva. Este es un nuevo concepto con el que la sociología pretende analizar aquello que ha existido siempre: los movimientos y los conflictos sociales.
En otras palabras, sería bueno que las ciencias sociales investiguen, por ejemplo, si es que lo de Tía María está construyendo una identidad que defina un “nosotros” frente a un “ellos” que justamente genere una acción realmente organizada que conlleve a una situación superior y beneficiosa para la colectividad cocachacrense. Esa es una manera eficaz de construir una solidaridad amplia y contundente que contribuya a lograr lo que desean los opositores al proyecto. Creo que eso no está ocurriendo, por eso el caso ha sido minimizado a “conflicto” entre quienes caprichosamente no quieren el desarrollo de la zona frente a la codicia de una empresa que no respeta lo que sería más valioso para la población: el agua.
Por otro lado, sería bueno investigar cómo se están gestando los nuevos actores sociales y políticos. Pues toda acción colectiva es eso: una oportunidad para ir construyendo actores que puedan cimentar oportunidades políticas. Es clamoroso, por ejemplo, ver cómo es que detrás de todo el problema de Tía María los grandes ausentes son los partidos y líderes políticos, principalmente los locales. Es impresionante constatar su ceguera y, por tanto, no es raro que el próximo año sean rechazados por la población cuando se presenten como los salvadores de la región o provincia. Temo que esos vacíos son llenados por improvisados o pendejos, pero no por personajes o instituciones que puedan convertirse en auténticos actores sociales.
El concepto de Acción Colectiva es, en realidad, la punta de un iceberg de una noción mucho más rica que es el Sistema de Acción, que debiera ser analizada a profundidad por las ciencias sociales. Y creo que esa tarea debe ser asumida por la academia porque hablarle de esto a nuestros políticos y opositores locales, los que hoy están viajando a Cocachacra para oponerse a punta de griterío y piedras al proyecto, así como a los de la Southern, es como hablar con la pared.
del escenario en esta provincia, destacan dos frentes los pro proyecto minero y los anti mineros, mas aqui tambien hay sus variantes, los dirigentes agraristas del valle de tambo y los dirigentes de la ciudad de Mollendo. los primeros no son solo los afectados directos, sino que son quienes movilizan al poblador con recursos de muchos agricultores locales y algunas empresas del agro. para los dirgentes de Mollendo la figura de lo agrario es difusa, en cambio para el tambeño es vital, por eso de un mayor activismo y movilizacion. por parte de los partidos politicos es claro la posicion de los partidos tradicionalistas (APRA, AP, PPC, fujimorismo) Son netamente promineros y se apoyan en algunos medios de comunicacion radial y ahora televisivos. que desde Mollendo tratan de desvirtuar a l otro bando. tambien en algun momento se resaltó este no entendimiento de lo agrario y del riesgo del proyecto minero y se plantearon plataformas electorales en division interna, que solo consolidaron al reelecionismo acciopopulista.
ahora el activo y progresista alcalde de Dean Valdivia, Richard Ale Cruz, parece que es un duro contricante para el cuatro veces reeleccionista alcalde acciopopulista de esta provincia, que siempre ha mantenido un apoyo al gran capital, en el pasado apoyo la espurea consecion del puerto de matarani al GrupoRomero y ahora ha expresado su apoyo al Grupo Southern Cooper.
parece de todas maneras que es en la batalla electoral de los mun icipios donde se librará otra gran batalla. por lo pronto de la tres juntas de usuarios importantes, dos de ellas estan en manos de los agricultores progresistas y no promineros, tal como sucedió con la junta de usuarios del tambo cocachacra y dean valdivia; mientras que la junta de usarios de la irrigacion ensenada-mejia-mollendo, sigue en manos de la progresista, Mari luzmila Marroquin.
depende ahora de c`m`se vayan configurando los frentes, por su parte el APRA, anuncia una candidatura propia, dado que tiene una millitancia fiel y considerable. los otros grupos como el nacionalismos se han diluido ante la decepcion que Humala es para ellos, y el fujimorismo no tiene ningun referente activo que los agrupe.
por parte de las izquierdas, el MAS trata de estar con los progresistas, pero su movilidad es menor, existe presencia del movimieto Tierra y Libertad, mas la poblacion en sì ve esto con lupa de lo local.