Circo electoral

Los analistas dicen que ya empezó la campaña electoral al 2016. La afirmación nace por los silencios de la pareja presidencial ante la interrogante que defina sus intenciones al 2016. También nace por los ataques al ex presidente García. “Lo quieren sacar de carrera”, dicen los apristas. No sé si todo eso es cierto. Lo que sí lo es, es que la campaña para las elecciones ediles y regionales sí empezaron con la fuerza que viene caracterizando las últimas elecciones en nuestro país: con circo; es decir, tendremos  payasos y payasadas a granel.

Eso puede comprobarse fácilmente  cuando vemos todos los días camionetas instaladas a las salidas de las universidades e institutos de estudios, o en los ingresos de los mercados. Allí, impúdicamente, se ofrecen gaseosas, pollitos o galletas a cambio de una firma para los padrones electorales. Esa chamba debe ser ardua, pues hay cuarentitantos sujetos que han comprado dichos registros para alcanzar un cupo en las elecciones. Cuarentitantos que se sumarían a los cinco que ya están registrados oficialmente. Es decir, para el próximo año, tendremos cerca de cincuenta sujetos aspirando a los máximos cargos de alcalde provincial, local  y/o presidencia regional.

Muchos confunden esto como una expresión de la democracia. Nada más falso, pues ninguna democracia funciona con tantas opciones. Lo  único que se obtiene con eso es la dispersión del voto, el triunfo con porcentajes bajos, el cargo sin auténtica representatividad. Pero parece que nada de eso importa. Lo que importa es conquistar el cargo como sea, sin propuestas, sin ideas, sin planes; sólo con pollos, gaseosas y galletas… y full maquillaje.

¡ Qué viva el circo electoral¡