Del desastre natural al institucional
Hace exactamente dos meses, en Arequipa ocurrió un fenómeno inusual que muchos denominaron diluvio por su intensidad y los efectos desastrosos que dejó: varios muertos y heridos, vías y casas destruidas y un sinnúmero de daños que hasta hoy no se solucionan o se han reparado a medias, lo cual nos conduce a constatar que mientras que los fenómenos o desastres naturales son casi inusuales en nuestra región, lo que sí es usual y cotidiano es su desastre institucional, expresado en el nivel o conducta de nuestras autoridades.