La herencia fujimorista
El pasado cinco de abril se cumplió 21 años del autogolpe fujimorista, aquella decisión tomada por el Fujimori de su primera etapa y que inauguró, como bien lo denominó Sinesio López, la democradura; es decir, un gobierno eminentemente militar, pero con maquillaje democrático; o sea, una variante de la tradición dictatorial en nuestro país. La fecha sirvió para que muchos medios me entrevistaran al respecto. Lo que noté es que muchos periodistas, que hace más de dos décadas eran imberbes, querían que les contara cómo fue la resistencia democrática, en especial de la supuesta e indomable Arequipa. Creo que se desilusionaron cuando les dije que no las hubo; al contrario, la gran mayoría aplaudió el golpe.