Sociología chavista

asoc.jpg

Fue Fico Rosado quien en una reciente entrevista televisiva de su programa Sano Juicio, me hizo notar que los sociólogos están en todas. El se refería a la presencia de estos científicos sociales en los puestos claves de muchos gobiernos o la vinculación directa que muchos tienen con el poder político. En este caso se refería a Heinz Dieterich, el mentor ideológico de Hugo Chávez.

Conocí a   Dieterich a mediados de los noventa a través de un libro sobre metodología de la investigación de poca difusión por estos lares; sin embargo, el nombre de este alemán sonaba más en el campo de las ideologías, pues es conocido como uno de los últimos propagadores del marxismo plasmado en una serie de libros en las que pretende refundar el marxismo a tono con los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo.

 Precisamente una de  sus obras tiene como título El socialismo del s XXI y la democracia participativa en donde jugando con las tradicionales categorías marxistas plantea nuevas fórmulas modelos de esta propuesta social como el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y protagónica y las organizaciones de base.

Estos planteamientos de Dieterich  no hubiesen pasado de meras lucubraciones de escritorio si no fuera por Hugo Chávez, pues fue el líder venezolano, quien prácticamente puso en práctica lo que este alemán proponía; es más, se convirtió en uno de sus principales asesores para construir este socialismo que según Chávez debería estar basado en el amor, solidaridad, fraternidad,  libertad e igualdad.

 Participando en México en un congreso de sociólogos conocí personalmente a Dieterich que ya era famoso, justamente,  por ser el mentor e ideólogo de Chávez; es más, exhibía un libro titulado Hugo Chávez y el socialismo del s XXI donde sostiene que el fallecido líder venezolano estaba avanzando a paso seguro en la construcción socialista a través de ese afán obsesivo que tenía Chávez de exportar su ideología por varios países latinoamericanos. Recordemos que por nuestro país llegó también ese afán, especialmente en el 2006 en donde se jugó descaradamente por un militar golpista como él que tentaba la presidencia de entonces, Ollanta Humala.

 Hoy que muchos lamentan la muerte de Chávez, no me pareció extraño ver y oír a Dieterich quebrado por la noticia, pues los unió no sólo una gran amistad sino todo un proyecto societal que parece controvertido o imposible en los tiempos actuales, pero que ambos abrazaron con auténtica convicción y pasión. Al alemán le han hecho la pregunta clave en estos momentos: ¿sobrevivirá el chavismo sin Chávez? Obviamente, él ha respondido que sí. Creo que le ganó la nostalgia y el cariño de amigo.

  

Puntuación: 4.50 / Votos: 2

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *