Nuevo ministerio, más empleo, ¿para quién?

Desde las primeras horas de la mañana me llamaron algunos medios radiales para saber mi opinión sobre el flamante Ministerio de Inclusión Social que está cocinando el nuevo gobierno para, según ellos, coordinar todas las políticas sociales existentes en el país y así realizar un mejor trabajo en temas de desarrollo social.

Al enterarme de la noticia y saber sus argumentos no pude evitar recordar que ese fue, justamente, el gran motivo que dio nacimiento al Ministerio de la Mujer, durante el fujimorato. Y ha sido así en todos estos años; es decir, supuestamente es ese ministerio el que gesta y gestiona la mayoría de programas sociales que, por cierto, casi todos los ministerios tienen. Es decir, es cierto que en nuestro país existen varios programas sociales que buscan todos lo mismo: acabar con la pobreza e inequidad, pero justamente allí está el problema porque al existir un abanico tan abierto, su eficacia no es de la mejor, ya que el problema está en que varios de esos programas no cumplen a cabalidad su fin por el entrampamiento, conflictos y corrupción existente en el propio Estado.

Es cierto también que en ese tema, hay avances innegables. La pobreza, por ejemplo, e ahora de 30% cuando en el 2006 estábamos en 48%. Pero hay que reconocer que dichos logros se han basado en políticas asistencialistas que no atacan el fondo del problema de inclusión que no es otra cosa que la creación de un empleo digno. Esa es la verdadera inclusión social; el resto, como es hasta ahora, sólo permite mejorar temporalmente el bienestar de las personas, nada más.

Allí es donde veo el problema del actual gobierno cuando habla sobre el tema, pues por un lado no ha dicho nada sobre metas en términos de inclusión social al 2016 y mucho menos sobre generación de empleo. Pero, por lo visto, ese vacío sí sabe cómo llenarlo cuando se trata de encontrar empleo a sus allegados: un nuevo ministerio.