Kung fu Panda 2
Ocurrió lo que tenía que ocurrir: convertir a Po, el torpe y gracioso Panda que se convierte en un maestro del kung fu a punta de pura fuerza de voluntad, en la nueva franquicia de la Dreamworks; así que, luego de tres años reaparece el regordete Panda con su equipo de amigos para darnos más entretenimiento y ciertos mensajes que enriquezcan nuestra espiritualidad.
Para esta segunda parte, los productores se han cuidado de no caer en una repetición de la primera que tienda a agotar al personaje, como ocurrió con Shrek que terminaron convirtiéndolo en un monstruo insoportable. Aquí, la intención es extender la primera parte explotando el origen del Po; es decir, respondiendo de dónde sale un oso cuyo padre es un pato. Sobre esta historia gira esta secuela, es decir, el descubrimiento de los padres de Po y cómo es que llega a las manos de un pato chifero que se encarga de enternecernos al demostrar su gran amor paterno.
Como es de esperarse, en esta segunda parte existe también un villano, esta vez encarnado en un pavo real que tiene estrecha relación con la desaparición de los padres del Po, y también una serie de luchas y malabarismos visuales que hacen de su visión un gran entretenimiento. Finalmente, el mensaje central de esta historia: en esta ocasión no sólo se trata de aceptarnos tal como, sino del poder que tenemos de reorientar nuestras vidas, a pesar del difícil origen que podríamos tener.
En resumen, una cinta de puro entretenimiento para todas las edades que anuncia una tercera parte.