Más allá del cielo
Charlie St. Cloud (nombre original de la película) es un prometedor adolescente pueblerino que quiere mantener viva la imagen de su hermano, muerto trágicamente, iniciando un ritual en el cementerio donde ambos conviven superando así la muerte. Toda esa estrategia reivindicatoria al hermano extinto se desplomará cuando aparece en escena, cuándo no, la mala de la película; es decir, la chica dulce y hermosa que hará tambalear a Charlie de sus creencias.
Esa es la trama que trae de nuevo a la pantalla grande a Zac Efron, una de las megaestrellas del imperio Disney con uno de sus productos más exitosos en los últimos años, nos referimos High School Music. Es buenos saber eso porque nos ayudará a entender el fin principal de este melodramón: explotar al máximo a una megaestrella juvenil, a través de una historia simplona, pensada y dirigida especialmente a las fans enamoradas que, de hecho, tiene Efron por todo el mundo.
Claro que la cinta tiene sus toques interesantes para darle un halo de seriedad, pero que nos remiten a otras cintas, tipo Sexto sentido; sin embargo, son sólo eso: toques que se disuelven para terminar imponiendo la figura del ídolo juvenil. Ni siquiera la presencia de Kim Bassiger y Ray Liotta ayudan a salvarla, pues ésta resulta muy corta e incluso desapercibida. En todo caso, nos imaginamos que los únicos que saldrán satisfechos de la película, es la fanaticada de Efron, compuesto principalmente de adolescentes afiebradas.