La papisa
Con una buena estructura narrativa, la cinta nos lleva de la mano desde las primeras rebeliones de Johanna para saciar su hambre de conocimiento, la forma cómo ingresa a los conventos, disfrazada de hombre para encontrar la sabiduría divina, hasta la accidental forma como es elegida la máxima representante del cristianismo y convertirse así en la primera “Papa del Pueblo”.
Quizá para los fieles católicos, esta sea una cinta sacrílega, no sólo por la invención, según ellos, de este personaje, sino porque también devela las corruptelas iniciáticas en el corazón del catolicismo; pero para los que no tengan ese problema, es ocasión de disfrutar una buena película, que cuenta, además, con buenas presencias actorales, como la de John Goodman, ese viejo Pedro Picapiedra, convertido en esta cinta en el Papa Sergio.