El último maestro del aire
Desde su aclamado éxito El sexto sentido, M. Night Shyamalan no acierta una. Parece que quedó definitivamente atrás ese director indio que sorprendió a la industria cinematográfica con un cine que muchos creyeron de culto. Hoy, Night Shyamalan ya no tiene ese toque de creatividad que alguna vez lo convirtió en uno de los guionistas más caros del cine. Hoy, Night Shyamalan lleva a la pantalla grande historias de otros y ni siquiera con eso acierta.
Eso es lo que pasa con El último maestro del aire, una de las series animadas más famosas del mundo televisivo infantil que, en manos de este director, pierde su esencia y encanto. Es decir, el coraje de estos personajes salidos de la imaginación de Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko, ese espíritu guerrero combinado con la ingenuidad, ternura y alegría, se pierde en el traslado a pantalla grande que ha estado en manos del director indio.
Definitivamente, los seguidores de esta serie animada que los atrapó por tres años, serán los más decepcionados al ver cómo es que sus héroes se minimizan en la personificación de actores casi inanimados y totalmente inexpertos.
Los que no formaron parte de la fanaticada, de seguro que a los pocos minutos de iniciarse la proyección, se quedarán dormidos ya que la cinta, desde el principio, carece de sustancia para ser vista en su totalidad, en donde ni siquiera la salva el tremendo despliegue de efectos, puesto que se ven tan espurios que terminan aburriéndonos. Otra más: no vale la pena verla en 3d.