Shrek 4
Nuevamente en pantalla grande el ogro verde más famoso del cine, esta vez aseñorado y envuelto en todas las comodidades que da una vida placentera y tranquila, pues, al fin y al cabo, Shrek cosecha los frutos que sembró en toda su carrera cinematográfica: peleó con un dragón, rescató a una bella princesa, y finalmente salvó un reino. Con todo resuelto, ¿qué se puede hacer?, sencillamente aburrirse.
Y eso es justamente lo que termina siendo la cuarta parte (y ojalá la última) de esta famosa serie, un aburrimiento total, pues lo que veremos son a unos personajes desgastados, sin chispa y, lo que es peor, recreando, por enésima vez, a un clásico de clásicos, el Qué bello es vivir de Frank Capra. Es decir, en esta ocasión, Shrek ya no es un horrible mounstruo que asusta o entretiene a distrídos, sino el James Stewar que cambia su mundo por uno paralelo hasta que se arrepiente.
De esta manera, los de Dreamwoks demuestran que fue muy forzosa esta cuarta parte de Sherk; pero, sacándole ventaja al asunto, también demuestran que el personaje ya no da más, que éste capítulo es el final y que, en todo caso, si alguién se atreve a extrañar el mundo del ogro verde, entonces van a explotar a uno de sus personajes, nos referimos al Gato con Botas que es la verdadera estrella de esta cuarta entrega. Es decir, todo indica que lo que ahora se viene es al Gato con películas propias. Ojalá que los de Dreamworks no lo terminen matando a punta de aburrimiento como lo han hecho con Shrek, ojalá.
Burro es genial¡¡¡¡