El príncipe de Persia
¿Quién no fue atrapado por el Príncipe de Persia, un juego de computadora que allá por los lejanos noventas conquistaba a todo el mundo, pese a que se presentaba en una pantalla monocromática? La trama de la adicción era simple, pues el Príncipe tenía que rescatar a la princesa que estaba atrapada en un castillo. Así, el héroe tenía que pasar por diversos niveles, uno más complicado que el otro.
Ese juego virtual ahora ha sido trasladado por Disney a la pantalla grande y con ello nos presenta una historia más completa, pero a la vez enredada, ya que nos muestra desde el nacimiento del Príncipe, que ahora se llama Dastan, hasta el momento en que llega a convertirse en un noble gobernante de Persia. Pero para los de Disney, Dastan no sólo tiene que salvar a la Princesa sino al mundo, en peligro por la codicia de un tío (nuevamente Ben Kingsley en papel de malvado) que quiere deshacerse de él y toda su familia para erigirse rey, a través de la posesión de una daga y una arena especial que contienen un gran poder.
Como es de esperarse, la cinta está repleta de aventuras que a la vez se sostienen en una sarta de efectos que son tan abrumadores que llegan a lo caricaturesco y que incluso cansan. Por lo demás, la cinta cumple con entretener, aunque inevitablemente nos remite a otras películas clásicas del género de aventuras, como Aladino o Indiana Jones.