En Latinoamérica estamos en años de celebraciones bicentenarias; es decir, festejar nuestros doscientos años de liberación del yugo colonial. Argentina es la primera en celebrarlo, justamente hoy y se por las noticias, que están tirando la casa por la ventana. Luego le seguirán México, Colombia, Chile y Venezuela que también se sumarán a los festejos que recuerdan las revoluciones criollas, esos procesos que culminaron con el fin del dominio colonial y, consiguientemente, el nacimiento de las repúblicas. En ese proceso, recordemos que nuestro país fue el último, así que también celebraremos nuestro bicentenario, pero de aquí a once años.
Sin embargo, la fecha debiera es motivo de celebración y reflexión, principalmente de las tareas que aún faltan para lograr la verdadera independencia, aquella que soñaron algunos que se embarcaron en el proyecto, no desde las perspectiva de cambiar de dominio (del español al inglés), y mucho menos de monarquía, tal como lo propuso el propio San Martín, sino de la liberación que significa búsqueda de desarrollo de manera autónoma y, principalmente, que construya un verdadero sentido de sociedad, integrada, inclusiva y justa. Ese proyecto en muchos de nuestros países está aún por construir y en especial en el nuestro. Ojalá que de aquí a los once años que nos falta, realmente avancemos para festejar lo logrado y no lo que falta por hacer.
Pero desde el lado reflexivo con el que ya se viene celebrando este período bicentenario, y en especial el argentino, quiero compartir con ustedes un estupendo libro que ha sido editado por el Fondo Editorial del Congreso. Su título es El general don José de San Martín y su paso por el Perú, cuya autora es la historiadora inglesa Scarlett O’Phelan Godoy, quien nos introduce en el temprano acercamiento de San Martín a la élite limeña como parte de su proyecto de instaurar una monarquía constitucional. El libro también enfatiza la relación de San Martín y el Ejército patriota con los sectores populares, y examina las expectativas que la abolición del tributo y la abolición de la esclavitud levantaron entre la población indígena, los esclavos negros y las castas mestizas. Para estos sectores populares, los decretos dictados a su favor por el Protectorado abrieron una esperanza de inclusión en el nuevo sistema político.
La publicación también se ubica en el género del libro-objeto ya que está bellamente ilustrada con óleos y fotos realmente estupendas.
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