Seisa & Samsung

Por un descuido involuntario, descompuse mi cámara digital Samsung. Ahora no es una gran cámara fotográfica, si la comparamos con las maquinas cada vez más sofisticadas y completas que hay hoy en el mercado, pero sí lo fue hace unos tres años; es más, se podría decir que en el 2007 estaba entre las mejores. Por eso es que, antes de arrinconarla, decidí llevarla a reparar a la casa oficial que la empresa coreana tiene en Arequipa, Seisa. Eso fue hace más de dos meses.

Luego de todo este tiempo, la empresa reparadora aún no remedia la cámara. La razón, según las medianas empleadas, es que el repuesto lo han pedido a la central de Lima y hasta ahora no tienen respuesta, ya que no pueden comunicarse con sus jefes, o éstos no desean comunicarse con sus subalternas. Para resolver el entuerto, caprichosamente, me animé hacer el trabajo de las empleadas y emprendí el contacto con la central limeña. En realidad, fue difícil, pues los mails casi nunca son respondidos y menos aún las llamadas telefónicas.

Por mi caprichosa insistencia, logré comunicarme con un responsable de esa empresa que, según su web, brinda un servicio de primer nivel. Lo que me llamó la atención es la sorpresa del empleado frente a mi insistencia de reparar esa cámara, pues ulteriormente lo que me decía es que mejor la echara a la basura y me comprara otra “más moderna”.

Parece que esa es la decisión final que ha tomado esa empresa frente a mi pedido, pues cuando llamo a su sucursal en Arequipa, me identifico y pregunto qué hay de mi cámara, me cuelgan y luego me ponen la contestadora automática, seguro para que no moleste más.

Me imagino que sin pretenderlo, lo que hace Seisa es corroborar una postura casi principista que se ha instalado en el mundo actual: “Úsalo y bótalo”. Es decir, las cosas no deben ser perdurables, o para toda la vida, como me decía mi abuela, cuando, por ejemplo, compró ese refrigerador que contrastaba con su cocina de mechas. Pero así se pensaba hace unas décadas: las cosas deben ser, sino perennes, por lo menos para muchos años.

Hoy las cosas no son pensadas así. Estas son cada vez más desechables, o hay que cambiarlas inmediatamente, cuando llegue el modelo con la nueva innovación que, por cierto, son cada vez más rápidas. Esta nueva forma de concebir las cosas, la ratifico con mis alumnos, afiebrados cada mes por tener el nuevo modelo del celular, o del I pood, o del MP3 ó 4, etc. Pero lo más resaltante es que ese principio también se ha trasladado a las relaciones humanas; es decir, ya no se buscan o pretenden relaciones duraderas y mucho menos “para toda la vida”. Eso ya ha pasado al plano, incluso, de lo ridículo. Hoy las relaciones afectivas son fugaces y expeditivas, como ya lo he demostrado en algunas investigaciones.

Pero volviendo a Seisa, y de paso a Samsung, lo que no entiendo es porqué si están inspirados por ese principio postmoderno de “Úselo y bótelo”, engatusan a la gente con un servicio, el de reparaciones, que ni ellos mismos creen, ya que el negocio, en realidad, es el de enganchar al público en la compra de artefactos nuevos y de “última generación”. Sería más ético por parte de ellos no recibir aparatos malogrados y hacer esperar al cliente por meses. Nada les cuesta decir:”Señor, mejor bote este máquina y cómprese una nueva. De regalo, llévese una tostadora desechable”.

Puntuación: 4.11 / Votos: 9

3 comentarios

  • Ay Jose Luis.. no seas pues también tan puño cerrado.. haz un esfuerzo y comprate una maquinita sony o cannon no? Que esperabas con la sansung?

  • Jose Luis, me gustó tu comentario, parece que estuviera escuchando a mi abuelito jajajajaja, SI NO TE HAZ DADO CUENTA el mundo ya evolucionó como la electronica día a dia se innovan nuevos productos y tienes que estar en la vanguardia de la tecnologia. de lo contrario ps sigues en la epoca de Ramon Castilla que hasta ahora encontramos su ropero, su espada, etc. ES SI DURA!!!!!

  • A kike y Karlos: El tópico de este articulo no es la tacañeria ni tener lo ultimo en tecnologia sino la falta de valores de SEISA – SAMSUNG al estafar por servicios y productos que nunca van a ofrecer, las falsas expectativas a sus clientes y la cobardia e irresponsabilidad que refleja su personal al no dar respuesta a la altura de las circunstancias. Sus comentarios sólo pueden sustentar las investigaciones de Jose Luis a cerca de las relaciones humanas.

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