Un sueño posible
Sandra Bullock es, sin duda, la actriz del año. Hace un par de semanas comentamos una de sus películas, Alocada Obsesión, por la que ganó el premio a la peor actriz. Al día siguiente se alzó con el Oscar a mejor actriz justamente por esta película que prácticamente la reivindica.
Un sueño posible es una película “bonita”; es decir, una de esas cintas que nos hace soñar que el mundo es bueno y bello a través de una historia harto conocida, pero efectiva: la del niño pobre y abandonado (en este caso un negro opíparo) que encuentra a su hada madrina (Bullock), quien junto a su linda y adinerada familia logra que ese mastodonte sortee el mundo de las drogas y marginalidad total, reoriente su vida y se vuelva famoso y, por supuesto, millonario.
Es decir, este es un producto típicamente americano que, de paso, se sostiene en una historia real de dos personajes muy famosos en la sociedad yanqui: Big Mike y Leigh Anne Touhy; el primero, un famoso jugador de fútbol americano; y la segunda, la propietaria de una de las cadenas de comida rápida más populares del gigante norteño.
Por estas razones es que la película gustó tanto al extremo de ser nominada al Oscar a mejor película. Obvio que aquí no conocemos a ninguno de esos personajes; sin embargo, de hecho la cinta igual gustará porque, a quién no le gusta soñar con que el mundo es lindo y bueno. Noventa minutos de pura fantasía no le caen mal a nadie.