El privilegiado trabajo
Los pocos que tiene ese tipo de trabajo en el Perú, son privilegiados, mucho más cuando ese empleo se ubica en el sector público y de manera especial en la universidad San Agustín, por ejemplo. Cómo no sentirse privilegiado si el año pasado hemos tenido cuatro meses de vacaciones (dícese huelga), hemos retornado a clases en enero y estamos ad portas de un mes de vacaciones (las firmes). ¿Es o no un privilegio? Algo similar debe ocurrir en otros organismos como el Gobierno Regional y otras instancias públicas donde se simula trabajar.
Así están las cosas, pero los dejo con esta nota que ilustra mejor el drama del empleo en el Perú. Con esas cifras pocas ganas de saludar me quedan, a menos que se dirija a los que, como yo, gozan del privilegio de tener un empleo agustino.
La era del cachueleo.- Independientemente de las cifras oficiales del crecimiento del empleo, la percepción de la población sobre las condiciones en las que desempeña su trabajo es bastante crítica. Prueba de ello son los resultados de la última encuesta de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en la que se advierte que, durante los dos últimos años, el porcentaje de trabajadores que se autodenominan independientes en Lima Metropolitana ha aumentado de 48% a 63%. En tanto, los que declaran que están en planillas (como empleado estable, a plazo fijo, por horarios y como propietario de una empresa) suman el 21% de los consultados.
Según el laboralista Jorge Toyama, hoy debe celebrarse el día del trabajador informal. “El problema en el país no es el desempleo –se tiene niveles por debajo de naciones desarrolladas–, sino la calidad de las condiciones de trabajo”, enfatiza.
En efecto, Toyama refiere que, en el país, de cada cuatro trabajadores solo uno está en planilla y los otros tres carecen de la protección de la seguridad social y demás derechos laborales.
De similar opinión es el presidente de la Central Única de Trabajadores, César Bazán, quien revela que en los últimos dos años se han producido más de 2,500 muertes de obreros durante su jornada laboral. El representante sindical afirma que las últimas normas laborales tienen un sesgo a desproteger los derechos de los trabajadores.
INSPECCIONES. Por su parte, la ministra de Trabajo y Promoción del Empleo, Manuela García, destaca que en el último año se ha logrado que 27,000 trabajadores se incorporen a la planilla de 18,000 empresas gracias al programa de inspecciones laborales. No obstante, reconoció que “hay quienes se resisten y no les importa lucrar poniendo en riesgo la vida de los empleados”.
A su turno, el presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), Ricardo Briceño, señala que, entre 2004 y 2008, la inversión privada ha generado 157,000 empleos adecuados, los que, en su mayoría, perciben remuneraciones por encima del promedio. El líder empresarial sostiene que la economía peruana debe crecer por lo menos 4% para asimilar el incremento natural de la Población Económicamente Activa (PEA).
SOLUCIONES. Para Toyama, en el país debe adoptarse el principio de ‘flexiseguridad’ –utilizado en Europa–, que combina medidas de reducción de costos laborales, acciones de fiscalización laboral y el aumento de la cobertura de la seguridad social. El especialista sugiere que en la Ley General de Trabajo se incorporen incentivos a la formalidad laboral, como la compensación de tributos para la capacitación de trabajadores y la contratación estable desde el inicio de la relación laboral.