Furia de titanes

Con la supuesta magia del 3d, regresa esta cinta basada en todo un clásico del cine cuya historia gira en torno al mito de Perseo, ese semidiós, hijo de Zeus que, en medio de una guerra contra los dioses, se ve obligado a matar a Medusa para rescatar a Andrómeda y así salvar a la ciudad de Jopa.

Aunque la cinta no es muy fiel a la mitología, y mucho menos a su antecesora de la década ochentera, este remake se sustenta en la espectacularidad de sus efectos y en las permanentes luchas con enemigos salidos de la mitología combinados con monstruos galácticos. Y es allí donde la película empieza a debilitarse, pues si al principio las peleas son el atractivo, luego se tornan pesadas porque terminan convirtiendo a la cinta en una especie de video juego.

Pero quizá lo más frustrante es que la nueva versión de Furia de Titanes se vende como un producto que cuenta con la magia de la tercera dimensión, cosa que no es así porque más pareciera que es una simple cinta de segunda dimensión. Es decir, los benditos lentes que hay que colocarse resultan siendo inútiles, ya que poco o nada se puede experimentar de las imágenes tridimensionales. Si a eso se le suma, la incomodidad que hay que soportar porque la sala está atestada de gente que tiene que ocupar hasta las graderías debido a que los del Planet vendieron más entradas que las que corresponde, entonces la cinta termina siendo una verdadera “Tortura titánica”.

En suma, más que comentar esta pobre y sobrevalorada cinta, lo que nos toca es sugerir a los del Planet que no abusen tanto de su reciente gallinita de los huevos de oro.