Aclarando entrevista
Es probable que me haya expresado mal o que alguna distracción involuntaria haya distorsionado el mensaje, porque ese no es mi pensamiento. Lo que dije, y está publicado en varios ensayos y libros míos, es que las rivalidades existentes entre las regiones del sur son una tontería que terminan perjudicándonos a todos porque retrasan nuestro desarrollo. Esas rivalidades son más peligrosas aún porque están alimentándose últimamente con argumentos raciales y que están auspiciadas por algunos políticos que han encontrado en ese aspecto, un caldo de cultivo mezquino y electorero.
No creo que el mestizaje arequipeño sea perjudicial. No, al contrario, esa es su riqueza. Lo que sí es perjudicial es la tozudez de algunos arequipeños en no reconocer el carácter históricamente mestizo de la identidad arequipeña. Lo que ha sido y sigue siendo dañino para Arequipa es suplantar esa identidad con una supuestamente castiza, ibérica, blanca o blanquiñosa. Esa suplantación sí es peligrosa porque lo único que ha generado es una absurda división racial que no nos conduce a nada.
Es cierto que Arequipa ha liderado gran parte de la vida republicana. Eso lo dice el propio Jorge Basadre, de allí su famoso denominativo de León del Sur. Pero también es cierto que ese liderazgo lo ha ido perdiendo, ente otras razones, por la ausencia de una burguesía regional que hoy está mirando a otros lados o ya está en otros lados. Esa crisis de liderazgo no creo que cause envidia a nuestros vecinos. Ahora, es cierto que en las elecciones para la conformación de macroregiones, Arequipa es la única que votó por el SI, el resto demostró que aún no entiende el proceso descentralista o que quiere seguir pegada ala teta del Estado centralista. Esa situación, creo, pone en ventaja a nuestra región para liderar ese proceso que debe partir por convencer a sus vecinos que, o nos juntamos o simplemente todos nos perjudicamos. No hay otra fórmula, por el momento.
Esa es la síntesis de mi pensamiento sobre ese tema. Por eso he creído importante hacer estas aclaraciones a esa entrevista que publica un mensaje que no es el mío o que, en todo caso, ha sido distorsionado por el hilo o las ondas telefónicas.