Por una década maravillosa
Una seña de mis perturbaciones que mi terapeuta aún no puede aliviar, a pesar de estar más de diez años en terapia, es que guardo, a modo de diario, notas de lo que diariamente me ocurre. Son glosas totalmente inútiles porque casi nunca las releo, pero cuando lo hago encuentro algunas sorpresas. Por ejemplo, hace exactamente diez años, estaba espantadísimo porque creía que se acababa el mundo…de mi computadora.