Los fantasmas de Scrooge

Aunque con un título un poco tirado de los pelos, esta reciente producción de Disney nos anuncia, increíblemente, que ya estamos en una nueva temporada navideña, y lo hace retomando, no importa que sea por enésima vez, a uno de los personajes más entrañables de la literatura navideña nacido de la pluma de Charles Dickens, nos referimos a Ebenezer Scrooge, ese viejo refunfuñón de corazón duro que odia todo lo relacionado con la Navidad.

La cinta se hace sumamente atractiva porque tiene a dos maestros del cine actual. Por un lado a Robert Zemeckis, quien con esta película reafirma y consagra su elección de hacer cine a través de la técnica de la captura de movimientos (recordemos que con la misma técnica hizo Expreso Polar y Beowulf). La otra atracción recae en este malabarista gestual por excelencia que es Jim Carrey.

Ambos nos entregan una cinta que de por si es una belleza no sólo por su historia sino por la pulcritud de su puesta en escena. Ahora, no se vaya a pensar que es una película endulcorada por el hecho de ser navideña; todo lo contrario, pues respetando el espíritu de la novela, Zemecking nos entrega una cinta cargada de dramatismo y por momentos, incluso, muy dura. Por su parte, Carrey encarnar magistralmente al clásico gruñón mostrándonos el proceso de transformación de su corazón con la presencia de ya famosos fantasmas dickenianos.

En resumen, una cinta que nos recuerda que hay que ya llegó el mes de los preparativos de regalos y panetones, pero que posiblemente no sea tan apreciada por los niños, pues escapa del clásico formato infantil para convertirse en una cinta casi exclusivamente para ser apreciada por el ojo adulto. Están advertidos.

Puntuación: 3.50 / Votos: 2

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