Poderes regionales

O sea, en esos lugares no hay mayor sorpresa, que sí la encontramos para la zona sur, pues según Semana Económica, el personaje más poderoso del sur es Ollanta Humala. Le sigue Hernán Fuentes, el Presidente Regional de Puno y recién en el tercer lugar encontramos a quien consideramos debería liderar esa lista, a Juan Manuel Guillén Benavides, Presidente Regional de Arequipa.

Es cierto que esa encuesta es arbitraria e incluso subjetiva; sin embargo, es una aproximación que nos puede servir para pulsear cómo va el desempeño de ciertas figuras en nuestro país y, especialmente, regiones. Así, el hecho que Simon o Huaroc encabecen en sus respectivas zonas no hace más que confirmar el trabajo político que han venido haciendo y que les permitiría liderar los movimientos regionales, nuevo actor hoy de nuestro endeble escenario político.

Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de Juan Manuel Guillén, pues para el imaginario y opinión de la gente, más importante es Humala e incluso Fuentes. Es decir, sin vivir o estar aquí, Humala tiene más peso en las decisiones que se toman en el sur e incluso Fuentes, con sus extravagancias y humoradas ha ido ganando

más poder que el silencioso y decoroso Juan Manuel. Quizá ese sea el problema, pues sabemos que al Presidente Regional de Arequipa, no le gusta mucho el figuretismo político que es lo que hoy tiene mucha influencia para estar en el imaginario de la gente y que es lo que vale cuando se aplica estas encuestas. Sin embargo, eso no significa desconocer, también, que a Juan Manuel le ha faltado cierta audacia para no perder el protagonismo que sí tenía, por lo menos, hasta el 2007.

El hecho es que hoy, si nos atenemos al nuevo mapa de poder que nos presenta el Grupo Apoyo, la punta de lanza está en manos de personajes que deberíamos tomarlos con pinzas, pues se trata de personajes antisistemas y altamente inflamables. Esto debería ayudarnos a prever cuál será el ambiente que viviremos en las próximas elecciones y, más importante aún, cuál será el comportamiento de nuestra masa electoral. Que Dios nos coja confesados.