Adiós Mono Villavicencio
Esforzando un tono teutón, a Walther le decía Guolter y a mi, más sencillo, solo Verguillas. Esa era una de las habilidades del Mono Villavicencio: poner chapas, o simplemente llamarnos como a él le daba la gana. Y nadie se enojaba, todos le queríamos. Por eso, hoy, al enterarme que el Mono Villavicencio murió de madrugada, no pude evitar la pena.