Nos quedamos sin Benedetti
Llego cansado de la capital (los vuelos madugadores son matadores). Somnoliento entro a mi estudio (un decir, pues en realidad se trata del cuarto donde está la PC) y robotizado prendo la computadora que me traslada inmediatamente a mi buzón y allí está la triste noticia: Muere Benedetti, el poeta del compromiso.