El Curioso Caso de Benjamin Button
A pocos días de la entrega del máximo trofeo del cine, llegó a salas mistianas la gran favorita, por lo menos en nominaciones. Luego de esa fastuosa fiesta que es la entrega del Oscar, supimos que la preferida fue, también, la gran perdedora. Nos referimos a esta fascinante película basada en el segundo cuento que escribiera F. Scott Fitzgerald y que, originalmente, fue negado por las editoriales.
La cinta nos cuenta un curioso tema: Benjamin Button nace con ochenta años encima y va rejuveneciendo, hasta convertirse en infante, con el tiempo. En ese transito, la vida de este sujeto corre paralelo a la historia de norteamerica, matizado con varios pasajes de otros lugares del mundo, aquellos que sirven de escenario a Button y en donde él aprende a crecer conociendo las alegrías de la vida, los rechazos, las tristezas, la muerte, amores; en fin, todo aquello de lo que está cargada la existencia humana.
Todo esto está contado, conducido y actuado de manera magistral; pues David Fincher, el director, se luce en esta puesta pecando de perfeccionista en cada escena (con excepción, para nuestro gusto, de las del hospital); pues, es absolutamente abrumador en escenario, ambientación, maquillaje, música, etc. Junto a él y como complemento perfecto destacan la dupla Brad Pitt-Cate Blanchett. El primero es un perfecto camaleón y la segunda, Blanchett, está sencillamente divina, superando así el primer trabajo que los juntó (Babel).
En resumen, una cinta imperdible y de obligación obligatoria, aunque sea para saber porqué se convirtió en la gran perdedora de la versión 81 del Oscar.