El exitosos chico rapero, cazaextraterrestres y hasta informal superhéroe, regresa a la pantalla envuelto en un drama telenovelero que, de seguro, arrancará algunas lágrimas al auditorio, especialmente a quienes gustan de historias trágicas con final lacrimógeno (la cinta es, quizá, la mejor opción para esta semana de edulcorante romanticismo por el Día de San Valentín).
No es la primera vez que Will Smith incursiona en el drama. Lo vimos en
Soy leyenda y
En busca de la felicidad, y parece que no le fue mal, por lo menos en la taquilla. Justamente en
Siete almas, y nuevamente de la mano de Gabriele Muccino, el mismo de
En busca de la felicidad, Smith es un hombre atravesado por el dolor y la culpa que busca redimirse sacrificando su propia vida a cambio de servir a unas cuantas personas que, según él, merecen mejor suerte que la suya, o en todo caso, sí merecen vivir.
La cinta nos reencuentra con el tema de la solidaridad, pero no por el reconocimiento del otro, sino incitado por la culpa y la incapacidad de perdonarse a si mismo, camino intrincado que, igual, deja como máxima la importancia de llevar una existencia al servicio de los demás.
Aunque en los primeros diez minutos uno ya sabe la resolución del filme, de todas maneras será interesante ver a un actor que le da lo mismo ser un hombre de negro atrapando marcianos a representar un indigente que lucha para salir de la pobreza o, como es en este caso, un alma en pena por causar un accidente que mató a su esposa. Si quiere ver ese performance o quedar bien acaramelado con la enamorada este próximo sábado, ya sabe qué ver.