Como es costumbre, la industria del cine, más específicamente Hollywood, espera la temporada navideña para lanzar sus últimos productos rompetaquillas. La presente temporada papanuelera nos trae varios títulos que, de seguro, harán frotar las manos a las empresas cinemeras. Es el caso de esta cinta lanzada ostentosamente a nivel mundial y que tiene como fortaleza ser un remake de un clásico en el género de la ciencia ficción, nos referimos a Ultimátum a la tierra, cinta de 1951, post conflicto bélico y que nos traía, a través de un extraterrestre, un oportuno mensaje de paz en un mundo que aun no sanaba de sus heridas guerreras.
El día que la tierra se detuvo, nos entrega también un mensaje, pero de advertencia acerca del desastre terrestre que estamos edificando, todos nosotros, con nuestro natural e imparable egoísmo. El alienígeno mensajero no es otro que Keanu Reves que intentará ponerse en contacto con los principales líderes del mundo para salvar a la tierra de su inminente destrucción.
Puesto que la fecha navideña nos sensibiliza un poco más de lo acostumbrado, es posible que la película se convierta en el taquillazo con que Hollywood espera cerrar el año, pues su trama encaja con el espíritu solidario, propio de la fecha, mucho más si cuenta, como ocurre en la cinta, con la presencia de un niño cuyo llanto es capaz de conmover al impertérrito alienígena. Además, los buenos efectos especiales (básicamente del último
tramo de la cinta) y momentos de suspenso, ayudarán a entretener a la audiencia, pero nada más.
Ahora, si quieren ver la cinta desde el punto de vista artístico, recomendamos que vean la original, Ultimátum a la tierra, y podrán comprobar que, a pesar de haber pasado cerca de sesenta años, ésta sigue manteniendo, inalterablemente, su condición de clásica, convirtiendo a este remake en un remedo segundón e, incluso, casi estúpido.