Red de mentiras

Los sucesos del 11 de setiembre siguen analizándose desde diferentes puntos de vista. Pueden seguir siendo un trauma para el pueblo norteamericano; un punto de quiebre que define una nueva época, para los historiadores; pero también puede ser mirada como una veta, rica aún, para la industria del cine. Desde esa perspectiva, no es raro que Ridley Scott nos presente su último producto ligado a ese hecho, pero desde otra óptica: el terrorismo internacional como una preocupación latente de los americanos, pero a la vez como una industria dinamizada más por intereses económicos, políticos y bélicos que por cuestiones ideológicas.

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