Misión Babilonia
Ahora resulta que la salvación del mundo (y no nos referimos a la crisis financiera) está en manos de Vin Diesel. Esa es la fórmula que nos trae la nueva entrega del director galo Mathieu Kassovitz luego de pintarnos un apocalíptico futuro donde nuestro planeta se ha convertido en un mundo hostil, cruel y devastado por el hambre, las guerras y el caos.
Diesel nos salvará de estas desgracias si es que logra llevar, de Serbia a los Estados Unidos, a una hermosa sacerdotisa o ángel redentor.
Quizá ese sea, el de la sacerdotisa y todo el entorno religioso que eso significa, un aspecto interesante en esta poco original historia de la cinta, pues lo que nos plantea la película es que en medio del mundo desesperado y nihilista que se nos podría venir, las alternativas religiosas pueden terminar siendo las peores.
Como es de esperarse, toda esta fabula está envuelta en una sucesión de explosiones, peleas marciales (por algo está allí Michelle Yeoh), tiroteos y efectos especiales que, de seguro, deleitarán a una platea adolescente, específicamente aquella que digiere cada golpe con un puñado de palomitas de su enorme cono.