Carranza se va
En algún momento se habló de la necesidad de desacelerar la economía.Así es; de inducir a una recesión, pero lo que tenemos que hacer es mantener un crecimiento adecuado, no en los altos niveles de 10% como ahora, sino descender ligeramente, y sobre todo –y en eso la inversión pública juega un rol fundamental– ver en el largo plazo ganancias de productividad. La razón por la cual nuestra economía tiene la menor inflación y el mayor crecimiento económico es por las ganancias de productividad, y eso en el largo plazo te explica el desempeño económico del país. Así como decías que el empleo genera la disminución de pobreza, yo te digo que es cierto porque el desempeño de países está identificado con su ganancia de productividad. Y la inversión pública juega un rol fundamental; de ahí la necesidad de recomponer nuestro gasto a favor de la inversión. Los ingresos provenientes de la minería pueden ser temporales, y necesitamos un crecimiento basado en productividad.
Usted ha quedado con la imagen de poner candados a la caja ante los reclamos no solo regionales, sino también de sus colegas ministros, ¿ese es el perfil que debe tener un ministro de Economía?Es condición necesaria para gozar de un crecimiento sostenido tener las cuentas en orden. Si dejas que el gasto empiece a crecer de manera desordenada, solo porque tienes capacidad de endeudarte o porque tienes recursos temporales, entonces esto genera incertidumbre en el sector privado, y nosotros vemos todo lo contrario. El sector privado se siente tranquilo, y de hecho hemos obtenido el grado de inversión. Es un reflejo de que la capacidad de pago del Gobierno se da por seguro en los mercados internacionales. Las grandes discusiones en el Gabinete han estado asociadas más al gasto corriente que al gasto de inversión. Eso te lo puedo garantizar. Si el proyecto presentado tenía alta rentabilidad social, no había ningún problema. Si ha habido un ministro convencido en la inversión pública, ese he sido yo. Lo importante dentro de un programa de mayor austeridad es focalizar los recursos. Se requiere mayor superávit fiscal y reducir la deuda porque no sabemos si la desaceleración internacional se termina traduciendo en una fuerte recesión.
¿Qué lectura tiene de este crecimiento económico acompañado de un descontento popular?Pasa por un factor ‘expectacional’; se está avanzando en electrificación rural. Hay gente que empieza a tener luz, pero hay otros que todavía no la tienen, entonces en estos el descontento se ha dado. Hay otro tema que es el aumento del precio de los alimentos, que innegablemente genera malestar en la población. Ahora, el empleo ha crecido y especialmente los ingresos. El ingreso familiar fuera de Lima tiene un crecimiento de 14%. Pero de todas maneras el aumento del pollo y del aceite hará que el ama de casa esté descontenta.
También puede ocurrir que mientras el Gobierno habla de lo magnífico que va la economía, eso no termina reflejado en la genteSí se refleja, lo que pasa es que no es inmediato, y no todos lo sienten a la vez. Tienes un problema expectacional, de aumento de precios de alimentos básicos y tienes un problema de distribución y de equidad. La pobreza ha caído y seguirá cayendo. El empleo está creciendo y los ingresos son mejores.
Pero el impacto del salario en relación con el PBI ha bajado.Allí voy. En términos relativos la inequidad ha subido porque las ganancias son mayores.
¿Ha crecido la brecha?Si tú quieres, la brecha. No es que el asalariado esté pobre, lo que ocurre es que las ganancias han subido más. Es como la ley de la oferta y la demanda. Cuando empiezas a crecer, aumenta el empleo, pero los salarios crecen poco. Pero llega un momento en que los salarios van a empezar a repuntar y los márgenes de ganancias van a empezar a caer. Eso ocurre cuando tu crecimiento pasa a cierto nivel. Pero en esta primera etapa hay un proceso de mayor desigualdad, lo cual no implica que la gente está peor, sino que en realidad está mejor, solo que unos están mejor que otros.
¿Qué hacer?Cobras tus impuestos, y eso lo gastas bien: en bienestar de la población, en salud, en educación, infraestructura básica (carreteras, electrificación rural y saneamiento) y los programas sociales. Esa es la manera como el Estado disminuye esta brecha. Si nosotros nos hubiésemos dedicado a aumentar sueldos y salarios de funcionarios públicos, no se habría podido gastar en infraestructura todo lo que hemos gastado. Y no hubiésemos disminuido la brecha. Solo se habría mejorado la situación de unos cuantos, pero no del país en general. El compromiso del presidente Alan García, cuando entró, fue con los doce millones de pobres que había, y el millón de empleados públicos no están entre estos doce millones. Quiero que te pongas en perspectiva. Hace muy poco, el 2004, el Perú tenía un promedio de 2.000 dólares por habitante, el 2007 hemos cerrado cerca de 4.000 dólares y el 2011 vamos a estar en 6.000 dólares; es un cambio dramático. Has multiplicado por tres tu país en menos de 10 años. La situación del Perú en el 2011, si la tendencia se mantiene, va a ser completamente distinta a la del 2006; vas a tener otro país. Estamos en una fase de transición hacia ese otro país.
El drama de toda elección es una parte moderna que vota por candidatos que creen en el modelo y la otra por una opción radicalmente opuesta. Esa figura se puede repetir en el 2011…Estoy convencido de que estas zonas que han estado un poco más rezagadas se están enganchando poco a poco a este proceso de fuerte crecimiento; lo vemos en la selva. Luego hay un proceso de migración muy fuerte que va a continuar, porque las fuentes de empleo se están dando en la costa. Lo que deberías tener al 2011 es una concentración de población a lo largo de la costa, y será más fácil para el Estado mejorar las condiciones de vida de esta población.
¿Cómo caracterizaría su labor al frente del MEF?El programa tenía tres pilares. Estabilidad económica, eficiencia del gasto público y competitividad. Dentro de lo que es estabilidad económica, se manejó con prudencia las cuentas fiscales. Se hizo un programa de manejo de deuda muy activo que logró reducir la vulnerabilidad de las finanzas públicas, tanto así que en los reportes donde otorgan el grado de inversión al Perú destacan el manejo de deuda pública. Teníamos 18% de nuestra deuda en soles, y ahora la tenemos por encima de 40%; la hemos desdolarizado. La deuda pública respecto del PBI en su conjunto deberíamos terminar el año en torno al 24% y la deuda externa cerca de 13%. Todo esto reduce significativamente la vulnerabilidad y te da mayor estabilidad. La otra parte fundamental es el manejo monetario. Eso lo hace el BCR de forma autónoma, con el cual hemos tenido coordinación. Tú no has visto en estos dos años –como sí observabas antes– disputas entre el BCR y el MEF.
Tuvieron algunas diferencias…Digamos que son diferencias de tonalidades, pero no de decir que es blanco o negro. Tengo el mejor de los conceptos por Julio Velarde, y de hecho yo le pedí al presidente Alan García que lo nombrara. El manejo que hace el BCR de la situación monetaria es muy fino. El segundo componente es la eficiencia del gasto público. Allí hicimos presupuesto por resultados. Aquí en el ministerio hicimos la reforma de los programas sociales. Teníamos 81, los redujimos a 26. Flexibilizamos el SNIP y con ello las regiones y gobernaciones tuvieron más facilidades. Luego por el lado de competitividad hicimos la reforma tributaria, arancelaria y del mercado de capitales. Tenemos el tema de reforma social bajo el concepto de ley mypes, porque por primera vez vas a garantizar cobertura básica en salud y pensión a los más necesitados. Tienes dos millones de microempresas, con 98% de informalidad, que no tienen absolutamente ninguna cobertura social. A ellos les vas a dar el acceso a salud y pensión de manera subsidiada. Por otro lado, flexibilizamos el tema laboral con alguna ayuda tributaria de depreciación acelerada para las pequeñas empresas, donde también los índices de informalidad están por encima del 60%. Entonces, esta reforma es quizá la principal y la más importante. Después de eso, tú ponle la etiqueta que más te guste.
No es una etiqueta, sino una crítica extendida que este es un Estado que tiene recursos, pero que no sabe gastar.Hay un tema de recursos públicos, y estos son de todos. Entonces, necesitas procedimientos adecuados porque si no tendrías crecientes niveles de corrupción. Necesitas una ley de contrataciones y adquisiciones que sea flexible, pero que tenga controles. Necesitas un Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) que te diga qué proyecto es rentable y cuál no. El SNIP puede generar muchas incomodidades, pero es muy necesario. En segundo lugar, no tendríamos un crecimiento en torno a 30% en inversión pública si fuéramos tan ineficientes como se dice. Que hay que mejorar y hay problemas, se está arreglando. En el sector privado tienes un accionista que cuida por que funcionen bien las cosas; acá tienes 28 millones de accionistas. Uno tiene que asegurarse para que esos 28 millones de accionistas vean mejorado su bienestar.
LA AGENDA PARA CONTINUAR EL MANEJO TÉCNICO“La situación internacional es complicada; allí está la alerta”
¿Es cierto que mantuvo diferencias con sus colegas ministros?En el Gabinete ocurren tensiones con algunos ministros que vienen con pedidos de ampliación de presupuesto para sueldos y salarios, entonces allí usualmente las respuestas no son positivas.
Sus diferencias son porque plantean más gasto corriente, mientras usted está del lado de la inversión pública…No, a ellos les gustaría inversión pública, gasto corriente, exoneraciones tributarias, en general. Bueno, cada uno ve su sector. Es natural que hagan esos pedidos, y si no lo hicieran, estarían haciendo mal su trabajo de ministros. Mi labor es poner todas estas piezas juntas y armar un rompecabezas que no siempre es agradable a todos. Hay unas piezas que sí encajan y otras que no. A nivel personal no tengo problema con ninguno. Debo decir, además, que no habría avanzado un centímetro sino hubiese contado con el apoyo del presidente García.
¿Cuál cree que será el principal problema que enfrentará su sucesor?En general la situación internacional es complicada. El último mes en particular ha sido de severos ajustes, con aumento del riesgo en los mercados, con fuerte caída de bolsa, con deterioro patrimonial de bancos importantes. Entonces hay mucha incertidumbre. Allí están las principales alertas.
¿Por qué renunció al cargo?Las razones de mi alejamiento son de tipo familiar y personal. No son de razones de política económica o discrepancias.
¿Cree que con estos recursos que maneja y en la tarea de mejorar la gestión pública sea necesario terminar con los límites de sueldos a los altos funcionarios públicos?Se ha hecho una reforma y habrá una gerencia. Me encantaría poder decir que hay que pagar mejor a la gente. El contexto del 2006 había un divorcio total del Estado frente a la población.
Entonces la norma fue política.Fue muy político. Ahora tienes un contexto en el cual la inflación es una amenaza y el desencadenante de la inflación puede ser un aumento generalizado de salarios al sector público. Si tú como alto funcionarios dices “Voy a mejorar mi sueldo porque necesito reclutar mejor gente”, entonces con qué autoridad le dices a un médico no te doy tu bonificación ahora y tienes que esperar un tiempo. Entonces, son dos contextos distintos que te llevan a tomar la misma decisión. Desgraciadamente tiene su costo; todo en la vida tiene su costo.