Navidad: una reflexión
Al principio, la iglesia sólo tenía dos fiestas: la Pascua y el Pentecostés, ambas para conmemorar la muerte y resurrección de Cristo, respectivamente. No existiendo la fiesta de Natividad, se debió, entonces, fijar el nacimiento de Cristo, el cual, después de muchas argumentaciones simbólicas, fue establecida entre el 24 y 25 de diciembre. Esa fecha no era nueva, pues desde tiempos inmemoriales, numerosos pueblos celebraban, esa noche, el culto a varias divinidades que simbolizaban el nacimiento del sol, la renovación permanente de vida. En ese sentido, la Navidad es una promesa de vida, de lucha contra la muerte. La buena nueva significa que Dios se hace hombre para salvar a su pueblo.