La vida en democracia ha establecido diversas formas para definir y reconocer quienes tienen poder legítimo para tomar decisiones, y quienes deben obedecer ese mandato de la autoridad. Las Elecciones Generales que vivimos este año es una de dichas formas. ¿Pero realmente sabemos cómo piensan y cómo trabajaron nuestros elegidos, al momento de resolver los problemas públicos que nos aquejan?
En la vida en democracia hay quienes tienen poder legitimo para tomar decisiones, como son las autoridades electas (que a su vez designan a otras, para que los ayuden), hay quienes deben de implementar dichas decisiones (los designados, generalmente funcionarios y empleados públicos que conforman el Estado), y hay quienes deben obedecer ese mandato de la autoridad (los ciudadanos).
A lo largo del tiempo y la historia, los ciudadanos y los gobernantes han expresado -de diversas formas- su interés de alcanzar lo que podemos llamar de modo amical “un buen gobierno”.
Contar con un Buen Gobierno no solo es un deseo, una aspiracion, una ilusión de larga data entre los peruanos, sino que debe ser entendido técnicamente como “aquel en que el conjunto de redes de dependencia funcione bien; es decir, con eficiencia en el ejercicio de los fondos públicos, con eficacia en la interacción con agentes y agencias externos, y con legitimidad en la prestación del bien o servicio que produce (es decir, la satisfacción del cliente y la rendición de cuentas)[1].
Para alcanzar “un buen gobierno” los distintos gobernantes, y los teoricos, han recurrido al uso de diversos planteamientos, marcos conceptuales y metodológicos diversos. Entre ellos, y muy vigentes o de moda en el ámbito académico nacional, actualmente encontramos el uso frecuente de las nociones “Políticas Públicas” y “Gestión Pública” que, en el caso norteamericano se conceptualizan en dos grandes escuelas. Así:
“(…) el origen del enfoque P como producto de las escuelas de políticas públicas y de la Asociación para el Análisis de la Gestión de Políticas, cuya literatura se publica en el Journal of Policy Analysis and Management; por otro lado, el enfoque B proviene de un esfuerzo de la Sociedad Americana para la Administración Pública, cuyo espacio de difusión ha sido la Academy of Management Review, Public Administration, Research and Theory, y la conocida Public Administration Review”[2].
He tendio la suerte de haber llevado maestrias en dos universidades de reconocido prestigio, como es la Pontificia Universidad Católica del Perú, y la Universidad del Pacífico, y he sentido la diferencia de estudiar y aplicar esos enfoques, que en el fondo son complementarios, segùn las circunstancias.
Para mi particular punto de vista, que comparto con los lectores de este blog, lo más importante es saber que el Enfoque P es mayormente cuantitativo, mientras que el Enfoque B en cualitativo. Es decir: el primero (Enfoque P) trata de ser objetivo, pues se basa en la data y la estadística, como son los trabajos y la orientación de las tésis de grado en la Universidad Pacífico, mientras que el segundo (Enfoque B) es más subjetivo, analítico, discursivo, como son las clases y las tésis de grado en -la aún- Pontificia Universidad Católica del Perú.
¿Con que enfoque te identificas tú?. ¿Qué enfoque te gustarìa desarrollar en tus estudios de grado o postgrado?, ¿qué enfoque aplicarias en tu trabajo? Sobre esto último, y simplificando bastante, yo dirìa:
1.- Si eres asesor de algún político, ministro o congresista, y siempre quieres decir lo politicamente correcto, para que todos queden contentos al saber que tienen derechos por los que se trabajará, te recomiendo el Enfoque B que predomina en la PUCP.
2.- Si eres jefe, autoridad pública o asesor o consultor técnico y debes plantear una posible respuesta para resolver algún problema concreto, te recomiendo el Enfoque P, que predomina en la UP.
En las Elecciones Generales 2016 participaron casi una veintena de partidos politicos. Le pido que recuerde a 5 candidatos presidenciales. (no importa quienes conforman su plancha electoral). Y con esos 5 nombres trate de ubicarlos en la clasificacion dada. Ej. El Candidato XX es de perfil cuantitativo (Enfoque P), pues sus discursos se basan en estadistica, informes cientificos, y gestión por evidencias, y fija metas y plazos concretos. Mientras que el Candidado YY es de perfil mas cualitativo (Enfoque B), pues sus discursos hablan de que la Constitución consagran los derechos que tienen los ciudadanos, los deberes que tiene el Estado para con la población, y que deben atenderse dichas necesidades y derechos.
Ahora ya tenemos un Presidente electo e investido, que está constituyendo un equipo de trabajo con gente cercana a su forma de trabajo, pero ya debemos pensar en las Elecciones Regionales y Municipales del 2018, donde elegiremos a nuestros Gobernadores Regionales y Alcaldes Provinciales y Distritales… así que desde ahora te digo: Antes de votar, ¡piensa!. No votarás solo por un candidato, votarás por una visión de trabajo, por un equipo de trabajo que dispondrà de nuestros impuestos, tasas y contribuciones por 4 años.
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[1] CABRERO MENDOZA, Enrique
2000 “Estudio introductorio”. En: La gestión pública. Su situación actual. BOZEMAN, Barry (Coordinador) México. Fondo de Cultura Económica. Página 22-23.
[2] CABRERO MENDOZA, PÁGINA 24.