Muchos sostienen que actualmente no se lee o se lee muy poco. Otros, por su parte sostienen que ahora, más personas leen mucho a través de diversos medios como el correo electrónico, el messenger, etc. La difusión y expansión en el uso de tecnologías de información y comunicación e internet pareciera obligar a los autores a escribir textos breves, sencillos, rápidos de leer, casí sin argumentos ni contenidos. En cualquier caso, los autores se ven frente al reto de escribir para nuevas plataformas, usando distintos medios sin sacrificar ideas, propuestas y contenidos. Un interesante artículo de Marcos Ros Martín aborda el problema, bajo el título “Escribir para buscadores y lectores 2.0: La simplificación del lenguaje“, del cual presentamos aquí un fragmento, invitándolos a su lectura completa.

“Se me ha acusado de escribir textos demasiado largos, de hecho hay estudios que así lo atestiguan, puesto que mis argumentaciones no son esquemáticas y me gusta desarrollar las ideas. Últimamente, me he obligado a acortar mis textos, primero porque la disponibilidad del tiempo es reducida y, por otro lado, porque un texto demasiado largo no invita a leerlo. En cualquier caso, acortar los textos tiene ciertas ventajas puesto que los buscadores, sobre todo Google, les encanta los textos cortos, esquemáticos, que no disponen de la complicación del lenguaje figurativo humano. Una verdadera lástima. El hecho es que sacrificamos nuestro estilo, nuestra inventiva, en la estandarización de nuestro lenguaje, destacando palabras clave por las que deseamos ser encontrados y leídos.”