En el mes de enero tuve la oportunidad de participar como expositor en tres talleres, organizados por el Consejo Nacional de Trabajo y Promoción del Empleo en coordinación con PLADES, en las regiones de Huancavelica, Cajamarca y San Martín. En todos los casos la intención de nuestra participación, y del taller en sí, era fortalecer el diálogo social regional en el ámbito laboral.
Efectivamente, en dichas regiones, así como en otras 17 del Perú, existen Consejos Regionales de Trabajo y Promoción del Empleo, conformados por representantes de los trabajadores, de los empleadores y de las Direcciones Regionales de Trabajo de cada lugar. Si bien es un proceso que se viene fortaleciendo, y aún queda mucho camino por recorrer, sin embargo es importante valorar el esfuerzo de estos espacios, de estos sectores por lograr un efectivo y oportuno diálogo social, y para ello quizás lo importante es entender que es diálogo social.
En ese sentido, es interesante que más que una definición cerrada, el diálogo social es en sí mismo toda expresión, todo esfuerzo de las partes (empleadores, trabajadores o Estado, en conjunto o bipartito) por informar, consultar, opinar, negociar y en el mejor de los casos lograr consensos dentro de la temática laboral. Efectivamente el diálogo social no necesariamente es una negociación, o una mesa de diálogo formal y solemne, representa todo gesto, toda acción, toda voluntad de querer escuchar al otro y de presentar los temas importantes para cada sector. De ahí lo importante pero también lo difícil de este proceso.
Todavía quedan muchos retos por superar, regiones por visitar, y un gran proceso de afianzamiento de esta sana costumbre de dialogar, pero creo que al menos hemos empezado el año con mucho esfuerzo pero con muchas ilusiones que al menos a nivel regional se fortalezca el diálogo social y porqué no empecemos a prevenir y gestionar los conflictos adecuadamente.
Fabián Pérez N. Leer más