Participación ciudadana y conflicto

Autora: Marlene Anchante Rullé

Ojos que no ven corazón que SI siente

En este post quiero compartir con ustedes mis reflexiones acerca de la urgente necesidad de fortalecer la participación ciudadana en las comunidades nativas y campesinas. ¿Por qué creo que es una urgente necesidad?. Todo se remonta a los años 90 en que a fin de implementar los programas de lucha contra la pobreza, las agencias de cooperación internacional consideraron que la participación de la población era una condición necesaria para que los programas de desarrollo tuvieran éxito (PNUD, la OCDE, el Banco Mundial y el BID citados por OXFAM, 2009: 14). No obstante, estos paradigmas teóricos no han podido materializarse en la realidad y menos aún en la cotidianeidad de las comunidades campesinas y nativas. Así para autores como Tanaka (2001:17) la participación ha quedado en el plano del “deber ser” y no se ha traducido en una metodología de cómo hacer realidad la misma. Para otros, como Glave (2010), el paradigma de la participación informada es un discurso (una etiqueta) que no se sabe cómo implementarlo y medirlo. Asimismo, tampoco se conoce cómo certificar que efectivamente se ha cumplido con el requisito de la participación informada, lo cual sigue siendo un desafío.

Coincido plenamente con Martín Tanaka (2001: 5- 6) cuando dice que no se puede pensar la participación en abstracto, sino que ello debe hacerse en los contextos en la que se produce. Para él no tomar en cuenta el contexto particular llevaría a pensar en modelos inaplicables, o contraproducentes al sentido de la participación. Es así que al vacío en el cómo y dónde de la participación se terminaría obteniendo posturas políticamente correctas, pero difícilmente aplicables y desconectadas de la realidad empírica.
Un trabajo muy interesante que nos permite hacer una reflexión contextualizada de la participación ciudadana, es el Boletín de Vigilancia N° 2 para el caso de la región Cusco, elaborado por el Centro de Estudios Rurales Andinos Bartolomé de las Casas y la Asociación Arariwa que se realiza en el marco del Proyecto Vigila Perú del Grupo Propuesta Ciudadana.

En la presentación de este documento se dice que la formulación del presupuesto participativo es una de las formas en que se materializan los espacios de participación ciudadana. Recordemos que, el proceso de formular un presupuesto participativo implica que se deben llevar a cabo un conjunto de talleres y/o actividades, en los cuales debe darse un consenso, con la participación de representantes de la sociedad civil y del ámbito público. De acuerdo con la norma el proceso tiene 4 momentos: preparación, concertación, coordinación entre niveles de gobierno y la formalización. Sin duda los dos primeros momentos tienen una trascendencia especial para el ejercicio de la participación ciudadana.
Me llamó mucho la atención un cuadro en el que se presentan quiénes han sido los agentes participantes (vale decir todas aquellas personas que participan en el proceso de planeamiento del presupuesto) de los presupuestos participativos 2009 y 2010.

Podemos observar que el número total de participantes representantes de la sociedad civil fueron respectivamente 93 y 97 para los años señalados. Más interesante aún es observar que de los 97 agentes participantes en el año 2010, 39 (40.2%) pertenecen a organizaciones sociales, 36 (37%) a ONG´s, 15 (15.4%) colegios profesionales, 3 (3%) a gremios de trabajadores, 1 (1%) a Universidades, 1 (1%) a Iglesia y 1 (1%) al segmento calificado como comunidades campesinas y nativas. No se especifica si dentro del segmento organizaciones sociales están representadas las comunidades. Si ello fuera así ¿por qué se pone una categoría particular sobre comunidades campesinas y nativas?. (Si alguien puede aclararme esto se lo agradecería). La distribución de los tipos de agentes participantes en el año 2009, es muy parecida, por lo que no la detallaré.
¿Cómo hacer para que más representantes de las comunidades campesinas y nativas participen activamente en estos espacios concretos de participación ciudadana?. El refrán “ojos que no ven corazón que no siente”, indica que no se sufre por lo que no se sabe; sin embargo todos los que estamos en contacto con las zonas más pobres de nuestro país, sabemos que es todo lo contario. Precisamente la desinformación, la falta de costumbre de las instituciones estatales para escuchar a la ciudadanía, nuestra propia falta de capacidad para hacernos escuchar, entre otros; sigue alimentando la brecha de la inequidad y desigualdad social. Por tanto, “ojos que no ven corazón que SI siente”.
No me detendré en justificar más por qué las comunidades deberían incrementar sus niveles de participación (en cantidad y calidad), solo quiero que no olvidemos que hay quienes consideran que para prevenir conflictos sociales es necesario un crecimiento económico más igualitario e inclusivo. En un reciente trabajo de Martin Tanaka, Patricia Zarate y Ludwing Huber, titulado Mapa de la conflictividad social en el Perú: análisis de sus principales causas se mencionan seis “requisitos” que explican la aparición y dinámica de los conflictos. Uno de ellos se refiere a “la persistencia de situaciones estructurales de pobreza, marginalidad o exclusión”, la que a su vez se nutre de las dificultades “que tienen algunos peruanos para formular demandas y hacerlas representar en la arena política” (2011:19).

Si bien es cierto que los datos numéricos de los agentes participativos corresponden al presupuesto participativo a nivel regional de Cusco (reconozco que sería muchísimo más interesante tener los datos de las municipalidades, como la de Echarate), sin embargo igual vale la pena tomarlos en cuenta y reflexionarlos. Cada vez estoy más convencida que las comunidades campesinas y nativas necesitan fortalecer sus capacidades para participar en estos espacios, haciendo valer su propio punto de vista; y de esta forma lograr generar alternativas que las lleve a construir participativamente su propio desarrollo, en base a decisiones concertadas y no unilaterales. Ante este reto resulta vital tomar en consideración lo que las comunidades entienden por desarrollo. En consecuencia, es indispensable que las comunidades sean capaces de identificar y priorizar sus necesidades así como hacer propuestas e iniciativas técnicamente viables para que sean incluidas en la agenda de los municipios locales e incluso a nivel de gobierno regional.
Sin duda la participación ciudadana es fundamental, lo señala el Convenio 169 de la OIT, el Artículo 23 de la Declaración de la Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas que a la letra señala: “Los pueblos indígenas tienen derecho a determinar y a elaborar prioridades y estrategias para el ejercicio de su derecho al desarrollo”, los informes de desarrollo humano mundiales del PNUD y del Banco Mundial, entre otros. Yo simplemente creo que es una exigencia ética y moral si de verdad queremos el desarrollo para todos. Este tema me apasiona y me comprometo a escribir en otro post acerca del desarrollo ¿sostenible?, ¿humano?, ya veremos.

Referencias bibliográficas

GLAVE, Manuel
2010 “Tierras, minería y desarrollo sostenible: Lecciones aprendida y oportunidades para los Andes Peruanos” [diapositivas] – IV Foro de Relaciones Comunitarias. “Relación social efectiva: Por un desarrollo sostenible con la minería”. Instituto de Ingenieros de Minas del Perú.

TANAKA. Martín
2001 Participación popular en las políticas sociales Cómo y cuándo es democrática y eficiente, y por qué puede también ser lo contrario. Instituto de Estudios Peruanos (IEP). Consulta 29 marzo 2010. http://www.consorcio.org/CIES/html/pdfs/tanaka.pdf

GRUPO PROPUESTA CIUDADANA
2011 Boletín de Vigilancia N°2 Presupuesto Participativo 2010- Gobierno Regional de Cusco. http://www.propuestaciudadana.org.pe/apc-aa/archivos-aa/3c6bb51ada688b58c57cb18308d59d73/cusco02_1.pdf

TANAKA, M., ZARATE, P. y HUBER, L.
2011 Mapa de la conflictividad social en el Perú. Análisis de sus principales causas. Lima: Punto y Grafía SAC.

Puntuación: 4.67 / Votos: 3

Comentarios

  1. Mario Salazar escribió:

    Estimada Marlene,tu artículo me parece muy interesante y actual. Sí, es de urgente necesidad de fortalecer la participación ciudadana en las comunidades nativas y campesinas, claro entre la población de las ciudades, sobre todo entre la más desprotegida por el conocimiento y la salud.

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