Autora: Marlene Anchante Rullé
Los conflictos tienen orígenes, procesos y resultados. Dependiendo de cómo se vean los orígenes es que se decidirán las formas de manejo (los procesos), y ello a su vez llevará a uno u otro resultado. Si la lectura central del conflicto es que se origina por intenciones “oscuras” de generar violencia, entonces el proceso de manejo evidentemente se concentrará en esta causa, pudiendo correr el riesgo de descuidar las demás. En una primera etapa, dos estrategias principales se pusieron en juego en el conflicto de Puno: la comisión de alto nivel y autorizar la intervención de las fuerzas armadas en apoyo de la policía nacional (RS N° 191-2011). En el primer caso haber enfocado las negociaciones a alto nivel es correcto a nuestro parecer. Pero algo muy importante. Es necesario que quienes participan de estos espacios estén capacitados para hacerlo. Como señala el profesor Mitchell los líderes de un país tendrán que aprender resolución de conflictos para poder gobernar. Algo más, no es suficiente que algunas personas estén capacitadas para negociar, se necesita también instituciones y organizaciones negociadoras y dialogantes.
En el escenario de un conflicto violento y con una opinión pública en contra que critica el manejo inadecuado del gobierno, éste se enfrenta a una encrucijada, que le exige tomar decisiones críticas. ¿Resultado? El gobierno claudica ante los pedidos iniciales de la población de Puno. ¿Justificación? Razones de “orden superior”, “facilitar cambio de gobierno”, “democracia”. Llegamos al mismo punto de partida, pero con una gran diferencia: 5 personas que han perdido la vida y 35 heridos. En segunda instancia, daños a la propiedad pública y privada, turismo venido a menos, una empresa minera que pretende demandar al Estado Peruano, etc. Y algo muy importante, una vez más se ha reforzado la conducta violenta en vez del dialogo como “la mejor estrategia” para conseguir resultados. Este aprendizaje es una verdadera “bomba de tiempo” para el próximo gobierno, pues tiene que ver con orígenes o causas sistémicas, aquellas de largo plazo que crean las condiciones para desencadenar conflictos.
Terminaré este post recordando que los conflictos pueden ser productivos o destructivos dependiendo de la habilidad que tengamos para manejarlos. Siempre están presentes en una sociedad. Simplemente existen. Por tanto, no pensemos en cómo eliminarlos sino en cómo enfrentarlos de la mejor manera.