Lección aprendida: la promoción de la inversión es compatible con la participación ciudadana

Autor: César Guzmán Barrón-Sobrevilla

Luego de tanto debate y controversia sobre los Decretos de Urgencia 001 y 002, las críticas fueron escuchadas. Hoy en el Peruano se publicó el Decreto de Urgencia 005 que deroga el inciso a) del numeral 5.3 del artículo 5 del Decreto de Urgencia 001, pues se considera que de esta manera se “garantiza un mejor cumplimiento de los mecanismos establecidos en las normas del Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental”. Vale decir, el Decreto modificado no garantizaba un mejor cumplimiento de tales normas, que precisamente preservan el medio ambiente en forma oportuna y aseguran “la participación ciudadana” mediante la aprobación de los EIA antes de la obtención de las autorizaciones administrativas de carácter sectorial para el desarrollo de los proyectos de inversión. Por ello es importante reflexionar sobre cuán importante es tener en cuenta la participación en forma previa y cuán significativo es este mecanismo para los involucrados en estos proyectos de inversión. Si la participación previa e informada fuera una practica democrática en casos como el presente es posible que se hubiere superado este impasse sin requerir Decretos expedidos y luego modificados.

Mediante la participación ciudadana se busca disminuir la asimetría de información existente entre los actores involucrados (estado, empresa y comunidad). Es por este mecanismo que la comunidad encuentran un medio válido para expresarse y sentir que pueden ejercer este derecho constitucional; esto último genera un empoderamiento de la población afectada, que por lo general es la más sensible a todos estos cambios económicos y estrategias de desarrollo del país. La participación ciudadana así ejercida se puede convertir en un mecanismo destinado a prevenir conflictos sociales y un medio por el cual los tres actores principales (estado, empresa y comunidad) pueden interactuar, conocerse y reconocerse, entablando un proceso de diálogo que permita analizar diversas posibilidades de solución o satisfacción para los involucrados frente a proyectos de inversión, más aún si son de necesidad nacional.

Sin embargo, debemos reconocer que un avance ha sido reconocer el error y rectificarse, precisamente escuchando las voces de quienes como los de esta tribuna manifestamos nuestro desacuerdo con la medida señalando que “la rapidez también puede generar conflictos”. Porque si bien era un Decreto destinado a acelerar las inversiones tan necesarias en nuestro país, también pudo convertirse en” tierra fértil para generar más conflictos sociales”. Ver aqui y aquí lo que dijimos hace unos días en los medios de comunicación. Consideramos que ello se ha evitado.

Esperamos que la principal lección aprendida sea dar paso a una auténtica participación de los actores involucrados antes de tomar decisiones que los puedan afectar o también beneficiar. Así iremos forjando juntos una democracia participativa en la práctica y no solo en la letra.

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