A estas alturas ya todos nos hemos dado cuenta que no es posible luchar contra la piratería a través de mecanismos únicamente jurídicos. Lo que ocurre es que la piratería constituye tan buen negocio, que los mecanismos empleados para afectarlo no generan mayor resultado.
Ahora bien, es preciso señalar que el comportamiento de los actores económicos en general no permite corregir esta situación, siendo más bien su obligación establecer mecanismos creativos para apoyar al sistema jurídico en su lucha contra dicho delito. Ello ocurre con los libros, los discos compactos y que duda cabe, los videos de películas.
Un buen ejemplo de esta situación son las empresas distribuidoras de películas. Desconocemos el criterio que las mismas emplean para definir que películas se estrenan en nuestro alicaído círculo comercial, y cuales no. Hemos podido constatar con gran consternación que en nuestro país es imposible ver todas las películas nominadas a las diversas categorías del Premio de la Academia (conocido como Oscar) antes que se realice la respectiva ceremonia de premiación. Varias de las películas nominadas, e incluso algunas premiadas en algunas categorías aun no han sido estrenadas a la fecha. Mientras que, aunque parezca increíble, hemos podido ver todas las películas nominadas al famoso premio Razzie, que premia lo peor de Hollywood, incluso durante el año pasado.
¿Cuál es el lógico efecto de esta paradoja? Las personas amantes del buen cine, que son muchas, ya pueden predecir con mucha antelación, y más o menos exactitud, gracias a los medios de comunicación, que películas van a ser nominadas al Oscar. Sabemos cuales son las nominadas en las diversas categorías con bastante previsión. Con lo cual, nos preguntamos que debe hacer una persona cinéfila para poder ver las películas antes de la ceremonia de premiación. La respuesta es muy sencilla, obtenerlas a través del mercado negro, en el cual dichas películas evidentemente ya se están vendiendo, como se puede constatar fácilmente en cualquier tienda de videos pirata. Hace algunos años, una película bastante buena, llamada Transamerica, fue nominada a varios premios de la Academia, entre ellas, a la categoría de mejor actriz principal para Felicity Huffman. La película fue estrenada en el Perú casi un año después de haber sido nominada. En dicha fecha evidentemente todas las personas interesadas en dicha película ya la habían visto, incluso en cable Premium. Pero aun, hasta el momento solo hemos podido ver tres nominadas al Premio de la Academia a mejor película, “Michael Clayton”, “No country for old men” y “There will be blood” (me resisto a emplear los nombres en castellano, mal traducidos), no obstante que las películas fueron estrenadas el año pasado.
En el mercado, la oferta y la demanda de un bien o servicio tienden al equilibrio. Vale decir, un bien se mantiene en el mercado mientras exista quien esté dispuesto a adquirirlo. La piratería de videos persiste, al margen de las consideraciones legales, en tanto existe una demanda por satisfacer, que evidentemente no es satisfecha a través de la oferta legal. La existencia de multicines, así como su ubicación en centros comerciales debería permitir a los distribuidores de películas el satisfacer el mercado de una manera más adecuada, lo cual evidentemente reducirá la demanda de videos piratas en el mercado; con mucha mayor eficacia que cualquier norma o campaña en los medios de comunicación.
¿Es esa la causa principal de la piratería de videos? ¿Que se puede decir del caso de los discos compactos? ¿O de los libros? ¿O del software? ¿Nos encontramos en realidad ante mercados que están distorsionados?
Siendo un poco cínicos la piratería ha traido consigo bienestar para mucha gente que por motivos económicos no puede acceder a cultura. (de hecho solo revisemos nuestras fotocopias universitarias)
no solo ocurre con películas, ocurre con la música, etc.
Respecto al cine incluso se de directores de cine Uruguayos o Argentinos que han venido a saquear literalmente los puestos de polvos azules con películas que a ellos les interesa.
creo que se deben replantear muchas cosas.
En efecto, los mercados en los cuales intervienen derechos de autor se encuentran distorsionados. Pero lo contrario también es cierto, es decir, que la falta de mecanismos de protección de estos derechos genera una evidente ausencia de incentivos para la creación artística o intelectual.
Creo que la piratería se ha descuidado tanto dentro de nuestro ordenamiento legal, que incluso forma parte de la cultura popular, y como bien dice el profesro Napuri, esta deficiencia ha generado que la producción artística nacional sea escasa, y tenemos casos en los que incluso los propios artistas se piratean para generarse ganancia. Y así muchos casos más, pero seamos sinceros y antes de seguir discutiendo el tema que tire la primera piedra el que nunca ha comprado algo pirata…
Pero con el criterio expuesto los culpables del robo de vehículos son Nissan o Toyota y los tontos de los propietarios que sacan sus vehículos a las calles a sabiendas de que el robo de autopartes también es tolerado e impune en el Perú. Otro tanto con el robo de celulares cuyos culpables serían Movistar o Claro que no ponen los equipos que la gente quiere al alcance de sus bolsillos.
Cualquier abogado puede observar que la piratería es simplemente un caso más donde el Estado, en virtud de la corrupción, no ejerce su capacidad de coerción, y permite un delito en vez de reprimirlo.
Nada más que eso, y sobra cualquier otra explicación sin caer en el ridículo.
No, que no se nos malinterprete, no estamos diciendo que la piratería deba convertirse en una actividad autorizada, sino más bien que la lucha contra ella no es únicamente jurídica, como lo hemos señalado al inicio del artículo. No podemos ver el problema solo a través de la visión del derecho, sino también de una manera integral.
El mecanismo de lucha contra la piratería debe ser también económico. No es lo mismo vender autor o celulares que vender DVD de películas. Asimismo, nadie está hurtando los DVD, sino vendiendo un producto alternativo, violando, es verdad, el derecho de autor de quienes lo elaboran. No es que el Estado no ejerza su poder de coerción, sino que lo emplea, a decir verdad, para controlar conductas antisociales más graves. Y no hay que sorprenderse por ello, máxime si encontramos piratería en todas partes, en donde es aun más obvio que el Estado no se ocupa de manera más intensa porque no hay manera de hacerlo.
HOLLYWOOD Y LIBERTAD DE PRENSA
Se encuentra en el mercado solamente videos y cine de Hollywood, son escasos los provenientes de otros continentes.
Este hecho cuestiona el dogma de la libertad de prensa, o comunicación.
Pues existe unmonopolio que impone tan solamente un tipo de peliculas.
¿Y donde están los defensores de la libertad de prensa ahora?¿Alan y Flores Nano?