Un hallazgo doloroso, basado en casi todas las reuniones con accionistas, directores y gerentes: entre el 80% y 90% del tiempo de estas reuniones se dedica al pasado, dejando apenas 10-20% para el futuro.
Ahí está la fricción que erosiona el valor de la sesión.
El valor del directorio es una ecuación con un denominador silencioso:
Valor del Directorio: (Rol×Agenda×Selección×Tiempo)/Fricción
La fricción no son las personas, son las presentaciones interminables y los informes repetidos. La solución no es mágica: es un problema de diseño.
Un directorio de alto impacto se construye sobre cuatro pilares:
1-Selección: personas que combinan conocimiento y perfil para generar valor.
2-Agenda: diseñada para priorizar la estrategia sobre lo operativo.
3-Rol claro: saber cuándo el directorio acompaña, cuándo cuestiona y cuándo decide.
4-Tiempo en el futuro: el 80% de la reunión debe enfocarse en oportunidades y retos estratégicos.
Dentro de este marco, se debe realizar un documento de contexto y será la herramienta clave. Es un documento que sintetiza la situación y plantea las preguntas que realmente importan, permitiendo que el tiempo en sala se concentre en lo que crea valor: el futuro.
Cuando este diseño se aplica, el ROI del directorio se multiplica y se mide en 3 KPIs clave:
1-Eficiencia: Menos tiempo en informes, más en debate sustantivo.
2-Engagement (compromiso del directivo): Consejeros proactivos, no meros oyentes.
3- Efectividad: Decisiones audaces que aceleran el negocio.
¿Qué porcentaje de tiempo en las reuniones de nuestro directorio se dedica a mirar realmente hacia adelante?
Un Directorio no es un comité de revisión. Es un espacio de futuro.
