Como han estado mis queridos lectores, estos días he andado medio atareda, no tanto en frívolas tareas laborales sino más bien tomando un poco de fuerzas en la ciudad que me llena de energía y que me inspira a seguir adelante con mis sueños solamente con ver su radiante sol =).
Lo que les quiero contar esta vez es mi percepción acerca de la gentileza y alegría que siempre podrán encontrar en todas las personas que viven aquí, uno se acostumbra a que siempre te reciban con una sonrisa y que la atención que recibas en cualquier lugar sea siempre con prontitud y cordialidad.
Ejemplo 1: El taxista que te pide disculpas por no tener cambio
Nosé si a ustedes les pasa, pero por lo menos yo tengo una psicosis con el tema del vuelto cuando vas a pagar un taxi, que si tiene o no tiene, que si va a ver si en el grifo le cambian, que si pregunta al colega, que por favor no me de monedas muy “chiquitas”; y y un sinfín de argumentos más que nuestra colorida Lima siempre tiene, por eso es que yo casi siempre (mejor dicho siempre) pregunto si tienen cambio ni bien subo, aunque sé que esto no me garantizará nada, ya que el peor de los escenarios siempre será un taxista asado por tener que cambiar.
Bueno les cuento que aquí, en esta ciudad tome un taxi, y por esas cosas propias de la distracción que uno tiene cuando está relajado me olvide de preguntarle si tenía cambio de un billete de XX soles, cuando llegamos al destino, mi taxista amable me dijo”Uy nose si tengo cambio”, busco por todos lados las monedas que tenía con un rostro entre angustia y preocupación, para finalmente decirme “discúlpeme señorita, no tengo para darle el vuelto completo me faltan 50 centimos, de verdad discúlpeme”, yo lo miré y con mucha tranquilidad le dije”no se preocupe, será para otra”, y el nuevamente dijo”de verdad discúlpeme señorita”. Me baje del taxi, y pense que 50 centimos no son nada teniendo en cuenta que vinieron de la mano de varias disculpas, que lo querían demostrar era respeto al pasajero para que no se sienta estafado. =).
Ejemplo 2: La peatona trabajadora que te devuelve las monedas que se te caen
Caminar distraído puede ser a veces a veces una virtud y otras un defecto, virtud porque te permites disfrutar de todo lo que está a tu alrededor sin preocupaciones y defecto porque en el camino puedes perder la noción del tiempo, las cosas que tienes y los “baches” del camino (osea caerte), en esta ocasión ibamos caminando con mi familia por una acera estrecha bastante cercana a casa; en eso se estaciono un camión repartidor junto a la acera y bajaron de el una chica y un chico que, por su atuendo, presumo trabajaban para la empresa repartidora.
Con el camión junto a la acera el espacio para pasar quedo más estrecho aún, pero no había problema por que ya estabamos cerca de dar la vuelta a la cuadra, cuando yo volteamos y como un minuto o dos después, mi papá se dió cuenta que había perdido varias monedas, se le habían caído, regresamos entonces por el mismo camino y encontramos a la chica del camión con el rostro sonriente diciéndonos”Señor, se le cayeron sus monedas aquí están, tome, hasta le aumente 5 soles”, y todos comenzamos a reír. Debo agregar también que esto me paso a mí dos días después en otro lugar y también me ayudaron.
Derrepente y puede parecer que estoy exagerando mis queridos lectores, pero lo cierto es que en Lima nadie jamás me ha ayudado a recoger algo cuando se me ha caído, no hace mucho me paso con un folder del que se me cayeron varias hojas y las levanté yo sola; para rematar, cuando me accidente en el 2011 en mi mano tenía las llaves de mi casa, y un vuelto de aproz 12 soles.Obviamente todo esto lo perdí en el accidente y nunca lo volví a ver, y ojo que quienes me auxiliaron fueron mis vecinos.
Ejemplo 3: La moza con memoria superpoderosa
Fuimos a comer a una picantería muy tradicional aquí, por la hora y el día había muchisima gente en el lugar, se acerco a nuestra mesa una diligente moza que de manera precisa preguntó que era lo que ibamos a comer, rápidamente cada uno dijo sus platos (más de 5), y ella solamente repitió una vez y se retiró. No tomó nota, no hizo repregunta y porsupuesto de ninguna manera se tomo algún tiempo adicional para volver a preguntar y verificar nuevamente ( cosa que la verdad me molesta un poco cuando algunos mozos lo hacen en uno que otro restaurante), y así sin pensarlo en menos de 5 minutos todos los platos estaban en la mesa, sin error alguno, tal cual lo habíamos ordenado.
Cual es el nombre de este restaurante con personal de servicio superdotado: “La Capitana”.
Así que ya saben lectores míos, si quieren sentirse más que cordialmente tratados y quieren inyectarle incontenibles dosis de amabilidad, gentileza y positivismo a sus vidas no pierdan más el tiempo y compren de una vez un boleto de avión para Arequipa.
Los quiero mucho