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Ayer regrese a Lima de Piura, y dado que aún no puedo asentar la pierna, me trasladan en un silla de ruedas, y si es que el aeropuerto no tiene manga, tienen que subirme y bajarme en una sillita ultra estrecha. Parece súper pesado no?, pues sí así lo creia yo y me sentía impaciente de que el vuelo se hubiese atrasado tanto. Pero ni modo, a esperar.
En un momento se me acerco la chica del counter que me iba ayudar con la silla, y muy amablementeme preguntó si me había caido. Yo por poco le digo “bueno fuera”, pero decidi contarle que sufrí un accidente y todo ese rollo. Ella me hizo otra pregunta “pero, vas a quedar bien no?”, “igual vas a caminar?”. Y yo con mucha seguridad le dije que sí, pero que aún no sabía cuando. Y me puse a pensar de nuevo en ese “cuando” que siempre siempre en algunos momentos del día me impacienta tanto, esa fecha que a veces quisiera que llegue YA porque no me deja tomar muchas decisiones(uy sí, como soy presidente, jajja); cuando derrepente la chica puso una exprensión nostalgica en su rostro y me empezo a contar: “Afuera esta un niño que tiene cancer a los huesos, y no ha traido su certificado médico (si te lo piden para poder viajar), pero lo peor es que por esa enfermedad le han tenido que amputar una pierna y solamente tiene 7 añitos, parece que viaja a su control, pero nosé si lo van a dejar subir”. En ese momento solo pense en que un par de veces había visto esos casos en Discovery Home and Health, pero no vino a mi mente ningún sentimiento o visión…sólo pense en que ya debería de estar en el avión. Cuando de pronto apareció en la cola la silla de ruedas del niño y me sentí la persona más estúpida de este planeta. Él tenía el rostro inchado por los coritcoides, pero aún así se veía bastante asustado,y sí solamente tenía una pierna.
Tuve ganas de ponerme a llorar, sentía rabia conmigo misma por ser tan tonta, como era posible que yo una mujer de 25 años no fuese capaz de lidiar con una simple fractura y me sintiera tan intraquila xq quiero volver a estar como antes ya, cuando ese niño que en este momento debería estar corriendo o en el colegio tiene a cuestas un cambio radical aunado a la lucha constante con esa maldita enfermedad, como era que yo podía sentirme tan cobarde ante lo que pueda venir cuando el se enfrenta cada día a la esperanza de poder seguir viviendo.
Cuando estabamos en el avión pude sonreirle y saludarlo, pero nada más..el corazón no me daba para más, y sabía que pese a su sonrisa el se sentía asustado por toda la gente que lo miraba con pena y temor.
Nunca olviden cuan dichosos son esta vida por tener lo que tienen, cuan maravilloso es el creador por habernos regalado el don de estar sanos, felices , capaces de sonreir y compartir lo más maravilloso de este mundo: el amor. El amor que tienen nuestros padres, nuestros hijos, nuestros amigos. Disfruta junto a ellos cada minuto que se pueda, porque sólo eso y nada más que eso es lo que importa en esta corta vida. Sigue leyendo →