El sábado pasado encontré junto con el periódico un especial de moda que había salido junto con la revista “Somos”, la verdad es que siempre siempre que veo una revista lo que todo la vida hago es ir directo a los artículos que tienen fotos, ver cual me impacta y luego si me queda tiempo voy a los artículos que son full letras.
Así siguiendo mi clásica rutina me fui a las fotos principales en las que dos modelos mostraban algunas de las tendencias del momento. Lo que más me llamó la atención fue que aparentemente estaban tratando de cubrir una cicatriz o algo en la frente de una de las modelos, porque en realidad yo no entendía porque es que le hacían un make up medio extraño justo en la parte donde (para muchos, incluyéndome) nuestras cejas suelen juntarse. En fin seguro que más adelante entenderé mejor esos detalles del styling en las fotos.
Luego pase a la parte de los artículos que son full letras y allí uno me llamó la atención por el termino “indie”, jamás lo había escuchado, pero lo interesante fue que lo escrito en esa página no era sólo sobre los indies sino que se trataba de toda una experiencia de consternación y trauma por el cambio que actualmente está teniendo nuestra ciudad. Y es que más allá de movidas, fashion, tendencias y demás; las frases que escribió esta chica (sorry no recuerdo su nombre) mostraban una serie de disconformidad con la moda y hasta comparaba a modelos del medio con vivencias personales de su adolescencia. Oseaaaa¡¡¡. La verdad es que luego leer tooodo lo escrito me dije a mi misma voy a ser lo más anti indie que pueda, es más a hasta a veces pienso que mi hermana puede ser un poco indie, aunque siempre me pide mi ropa prestada. El punto es que yo no creo que tengamos que ponernos en una posición tan fatalista, por el simple hecho de que la creatividad y el estilo están cada vez más presentes entre nosotros, porque cada vez las personas muestran y entienden que su ropa también les permite mostrar un estilo, porque cada vez hay más mujeres que se interesan más por su apariencia y por cómo quieren lucir, ya que esto muestra lo importante que es para ellas verse bien, porque se AMAN A SI MISMAS y se sienten bien buscando proyectar su estilo.
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Estos últimos días las noticias de accidentes de tránsito ya no pasaron desapercibidas para mi, muy por el contrario me preocuparon e hicieron que me pregunte que rayos pasa en esta ciudad para que nadie pueda sentirse seguro cuando da un paso fuera de casa.
Por eso es que decidi analizar dos de los casos para poder encontrar no solo las principales razones sino las posibles soluciones que tendrían que tomarse a futuro para crear una CULTURA de la conducción y desplazamiento en nuestro país.

Caso 1: Accidente en Los Olivos
Las noticias pintaron este hecho como la huida imprudente de dos chicas que no querían jugar carnavales. El detalle de que el chofer del bus iba a excesiva velocidad no fue tan remarcado como el de los “pandilleros de la zona”, y es más hubo otra característica más del hecho que casi ni se mencionó. Justo en la esquina por la que las chicas cruzaban estaba estacionada una custer, la que OBVIAMENTE no les permitió a las asustadas niñas ver que venía otro carro. Por otro lado el chofer pirañon del bus venia súper embalado, tanto que ni cuenta se dió de que la custer estaba allí y cuando las chicas aparecieron no pudo controlar la situación ( y obviamente tampoco la velocidad a la que iba).

Caso 2: Accidente en la Costa Verde
Más allá de que sea el sobrino de Judith de la Mata el que mató a este empresario que había chocado antes y que simplemente estaba tras su maletera. La increible velocidad a la que venía este hombre y absoluta distracción con la que manejaba llevo el accidente a las trágicas consecuencias que todos conocemos.

Caso 3: Mi accidente
Por más que suene irónico el caso es bastante similar a los anteriores, una conductora imprudente que venía a excesiva velocidad, no prestó atención a un camión que estaba estacionado en la esquina y perdió el control del carro llevándose un arbusto, a mí y a otro carro.

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Recuerdo que cuando era chica en mi casa se veía “Natacha” , (sí esa la que termina con ch). Nunca seguí la trama completa, pero recuerdo claramente las escenas en las que un tierno Diego Bertie buscaba a Natacha por la puerta de la cocina de la casa o aquellas en las que las miradas de Natacha con el Joven Raúl nos hacian suspirar. Y es que de alguna manera aquella telenovelesca historia tenia cierta magia, una concepción que se había preocupado hasta de los detalles más minimos para poder hacernos creer que tal vez algún día podría ser verdad.
Cuando ví los reclames de una “nueva versión de natacha”, me alucine que se trataría de una protagonista recargada, capaz de conquistar el mundo convirtiéndose en una exitosa empresaria o ejecutiva.En verdad cree un montón de expectativas esperando que la pantalla me deslumbrara tanto o más que cuando era chiquita. Pero grande fue mi decepción al ver a una “Natassssshhhha” tan disforzada, que un poco más y saca su chaveta para conversar con los que son sus patrones. Un personaje que a claras luces no tiene una caracterización propia sino que exagera lo que tiene en su guión. Y lo digo porque una personalidad “aguerrida” y “luchadora” no se destaca por la cantidad de jergas que puedas decir en una frase, sino por la emoción que le imprimas a cada cosa.
A eso se suma el “pan con mango” que se esta creando en la trama, el elegante y caballeroso galán de la casa, ahora se paso al otro bando y da consejos de “mujer a mujer”. Que quede claro que yo no tengo nada en contra de los gays, es más no es la primera vez que los ponen en una novela (ejemplo:”Los exitosos Gómez”), pero jamás los habían puesto restándole atención al galan principal, o debería decir al que “solía” ser el galan principal porque parece que ahora este ha sido reemplazado por el agente de seguridad de la cuadra, al que Natasssshhaaa, achoradamente, se encarga de cancelar en one.
Entiendo que la temática de la historia radica en que “no es como tooodas las novelas y las historias de siempre”, pero y entonces porque no tomaron otro NOMBRE para ella¡¡¡¡ , porque hurtaron vil y conchudamente el de una historia que ya existia, que tenia memoria y corazón en todos los peruanos¡¡¡. Porque no simplemente lo llamaron “El pan con Chancho de Achorina”.
Se que nuestro país tiene muy buenas producciones por estos últimos tiempos. Prueba de ello son las últimas que ha lanzado frecuencia latina, pero las últimas de américa tv (Abencia x ejemplo) no muestran más que una falta de creatividad y estrategia para diseñar historias que cautiven al expectador, porque confusiones como las que muestran allí las puedo ver cualquier día por mi barrio =P. Sigue leyendo →