En la vertiente occidental, el agua es un recurso escaso. Los efectos del cambio climático en esta vertiente pueden ser devastadores debido a la desaparición de los glaciares, nuestra principal fuente de agua dulce.
Desde épocas pre-hispánicas, las poblaciones de la actual Comunidad campesina de Tupicocha, Cuenca de Lurín, desvían el agua de las quebradas que se forman con las lluvias y la conducen por zanjas de infiltración en las alturas (4,000 msnm) para recoger el agua unos mil metros más abajo y regar así sus tierras. Estas antiguas y asombrosas técnicas, conservadas y mejoradas, están íntimamente relacionadas con la recreación permanente de formas de organización eficientes que garantizan su mantenimiento.