Por Ramiro Escobar
Facundo Cabral ha muerto, en una esquina infeliz de Guatemala, por obra y gracia de unos bárbaros, que seguramente ignoraban sus citas memorables, su infancia fallida y díscola, acaso parecida a la de ellos mismos. Un estallido de violencia latinoamericana se lo llevó, dejando a Latinoamérica, y a parte del mundo, en estado de shock moral.