Perú: Foro de los Pueblos muestra el terrible, doloroso y triste rostro de la minería en el Perú

Por Jorge Agurto

Servindi, 15 de setiembre, 2011.- Mientras la 30 Convención Minera Perumin que reúne al empresariado minero inunda los grandes medios mostrando el lado bueno de la minería el Foro Nacional de los Pueblos mostró la otra cara de la verdad, el rostro más terrible, doloroso y triste de la minería que ojalá todos los peruanos debieran conocer.

Son innumerables los testimonios de hombres y mujeres que desde diversas partes del país denuncian los devastadores impactos de la minería en el Perú que los grandes medios de información ocultan, mientras inundan los noticieros -cual campaña publicitaria- de medias verdades acerca de las excelencias de la actividad minera.

Destrucción de ecosistemas por el vertimiento de sustancias tóxicas al ambiente, contaminación de las fuentes de agua dulce, desaparición de peces en los ríos, lagunas convertidas en depósitos de relaves, destrucción de la biodiversidad.

Hay innumerables poblaciones, y en particular niños intoxicados con plomo en la sangre en niveles muy superiores a los normales y cuyas capacidades se reducen de por vida, además de otras secuelas de enfermedades, que autoridades irresponsables de Salud han ocultado en complicidad con las empresas mineras.

Para intentar vencer la defensa de las comunidades las empresas mineras promueven la división o fragmentación de las comunidades, y buscan debilitar la representación autónoma hasta encontrar “dirigentes” dóciles a sus demandas, a cambio de unos puestos de trabajo o algún dinerillo. A los dirigentes comunales que se resisten los agreden y amenazan o los persiguen policial y judicialmente.

Los innumerables testimonios expuestos en el Foro demuestran que la minería -incluso la grande, que exhibe sus credenciales de certificación ambiental- miente con descaro sobre su responsabilidad ambiental como la Southern e incumple sus compromisos como el caso de Doe Run, actualmente cerrada.

Y mienten a grandes titulares cuando evaden su responsabilidad ambiental y social en todos estos años de boom minero que enriquece a manos llenas a un puñado de empresas que aprovechan del precio del oro cuyo precio por onza ha pasado en pocos años de 600 a más de 1900, y proyecta aún subir a 2500 dólares.

Anti… ¿qué?

Los empresarios mineros, los medios acólitos y sus voceros políticos no dudan en machacar que el Perú es un país minero y que la minería es desarrollo porque atrae inversiones y crecimiento económico.

Sin embargo, el Perú es minero no en el buen sentido, porque la minería en sus estándares actuales es como una plaga que se expande e invade el territorio de las comunidades, provocando destrucción, muerte y enfermedades.

El área de las concesiones vigentes aumentó de 13 millones de Ha. a más de 24 millones del 2002 al 2011. Hay departamentos como Apurímac (54.44), Cajamarca (44.97%), Huancavelica (40.34%), La Libertad (49.6%), Moquegua (46.47%) que tienen más del 40 por ciento de su territorio concesionado y provincias y distritos enteros concesionados.

Quienes defienden sus territorios y denuncian los graves atropellos a la vida y a la dignidad de la minería son calificados y satanizados como “antimineros” como si fueran una peste antripatriota.

Pero como lo demuestran los delegados asistentes al foro ellos más que “anti” son “pro”, activos y sacrificados defensores de la vida, de las fuentes de agua, de la biodiversidad, del agro nacional, de los derechos humanos.

Las comunidades defienden su derecho a vivir en armonía con el ambiente, practicando sus costumbres ancestrales y conservando la riquísima diversidad biológica que permite él éxito de festivales gastronómicos como el de Mistura.

Las propuestas de las comunidades afectadas por la minería no son violentistas ni descabelladas, sino que responden a los más estrictos criterios de sostenibilidad económica, social y ambiental.

La promoción de la agrobiodiversidad, de la crianza de camélidos entra otras son propuestas que encajan perfectamente en las medidas sugeridas por organismos internacionales para enfrentar el cambio climático y reducir la vulnerabilidad de la población.

¿Quién puede oponerse a que los estudios de impacto ambiental los apruebe el Ministerio del Ambiente en lugar del Ministerio de Energía y Minas que a la vez que promueve aprueba las actividades extractivas? ¿Quién puede oponerse a un ordenamiento territorial desde abajo que optimice el uso racionalmente humano de nuestros recursos? ¿Quién puede oponerse a la explotación a cielo abierto con el uso de cianuro que destruye las fuentes de vida?

Por una Comisión de la Verdad sobre la Minería

El pedido de una “Comisión de la Verdad sobre la Minería y otras industrias extractivas” no es nuevo, pero durante el gobierno pro minero de Alan García era pedirle “peras al olmo”.

Sin embargo, con el nuevo gobierno es plausible de atenderse este pedido que permitiría evitar que existan dos versiones sobre la minería en el Perú, enfrentadas entre sí, y permitiría dilucidar el trasfondo de los numerosos conflictos socioambientales que atraviesan el país.

La gravedad de la situación amerita que el gobierno conforme una Comisión de la Verdad, que de manera imparcial ante los actores confrontados, recoja y sistematice las denuncias y entregue -en un plazo razonable- un informe sólido, contundente y veraz que permita conocer una realidad que el Perú oficial y la mayoría ciudadana ignora en su real y dramática dimensión.

Una Comisión de la Verdad permitiría dirimir si es cierto que las denuncias y protestas de las comunidades son infundadas y si la oposición obedece a que las comunidades están manipuladas o sus dirigentes son “terroristas” como a veces se les califica a los líderes comunales, sin ambages.

Una Comisión de la Verdad permitiría tomar conciencia a nivel nacional sobre la realidad de la minería en el Perú, y proponer las grandes líneas de política pública para armonizar de veras la actividad extractiva con la sostenibilidad ambiental y social.

Si el gran empresariado minero que proclama su compromiso con una “nueva minería” es serio y responsable no debería oponerse a la formación de una comisión de la verdad que contribuya a liquidar su pasado que es una dolorosa realidad presente para las comunidades afectadas por la minería.

Fuente: Servindi

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Comentarios

  1. Miqueas escribió:

    Doe Run Perú ha efectuado una inversión de gran envergadura para mejorar las condiciones ambientales en La Oroya. Desde 1997, Doe Run Perú ha destinado más de $300 millones de su propio capital a proyectos de mejora ambiental y tiene programado utilizar otros $170 millones para completar el último de los nueve proyectos PAMA: la Planta de Acido Sulfúrico y la Modificación del Circuito de Cobre. En total, esta suma es más de cuatro veces el costo original proyectado por el Gobierno para implementar estos cambios. Asimismo, Doe Run Perú ha realizado otros proyectos de inversión no relacionados con el PAMA por $120 millones más.
    Lo cierto es que la empresa ha desplegado los mayores esfuerzos, dedicando más de $400 millones a mejoras ambientales y de las instalaciones, así como llevando a cabo diversos programas de proyección comunitaria. No obstante, entretanto el Estado peruano ha incumplido por completo su promesa de limpiar la contaminación que se produjo mientras estuvo a cargo y adicionalmente la correspondiente durante el período de ejecución del PAMA.
    EXIGIMOS PRONTA SOLUCIÓN Y EL REINICIO DE OPERACIONES DEL COMPLEJO METALURGICO.
    Cuando Doe Run Perú inició la operación del Complejo Metalúrgico encontró una descarga de efluentes industriales al Río Mantaro de 49 m3 por minuto, emisiones de plomo y arsénico de 38 y 28 mg/m3 por la Chimenea Principal respectivamente y una concentración de plomo de 3.5 ug/m3 en la calidad de aire. Después de 10 años la descarga ha bajado a 5 m3/minuto de agua tratada que es apta para la agricultura. Desde Diciembre 2007, el nivel de plomo en el aire de La Oroya se ha reducido en un 61.7%, y el nivel de arsénico y de cadmio disminuyó de 84.66% y 66.6% respectivamente comparado con el año 1997. Logrando niveles por debajo del Estándar mensual de Calidad de Aire.
    Doe Run Perú NO contamina los ríos Yauli o Mantaro, ni ningún otro río o afluente. Con la construcción de una planta de tratamiento de aguas industriales y tres de tratamiento de aguas servidas han permitido que desde diciembre 2006, en La Oroya no se impacten las aguas ni los suelos, se cumple con los niveles máximos permisibles de emisión de polvos y metales al aire. Las descargas líquidas, domésticas e industriales, son tratadas y devueltas al río Mantaro apto para la agricultura. En cuanto a los suelos los sólidos y basura doméstica no impactan por su tratamiento, manipulación y disposición. En cuanto a calidad del aire desde el 2007 se cumple con los niveles máximos permisibles de polvo y metales por chimenea.
    Doe Run Perú es una Empresa que trabaja con Inclusión Social y Responsabilidad Ambiental velando siempre por la salud de la población de La Oroya, por ello las 13 comunidades de su entorno y municipalidades de todo el Valle del Mantaro Tarma y Cerro de Pasco brinda su apoyo solidario a Doe Run Perú por ser un Socio Estratégico que su preocupación principal fueron la población y sus recursos naturales
    Actualmente estando paralizado por más de dos años y medio continúa pagando con el 70 % de sus salarios a todos sus trabajadores por tener un compromiso con el pueblo de La Oroya y la Región Junín.
    Pedimos al Presidente Ollanta Humala pronta solución para el reinicio de las operaciones de este gran Complejo Metalúrgico en La Oroya paralizado por más de dos años por culpa de un gobierno mediocre y nefasto aprista.
    Adjuntamos link para poder visualizar los trabajos culminados por las mejoras ambientales.
    http://www.doerun.com.pe/im

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