Por Ramiro Escobar
Ese sustantivo acariciante ya no existe, ni en la realidad ni en el delirio. Hasta 1993, tras la caída del dictador Siad Barré en 1991 (un gobernante que, para variar, fue zarandeado al gusto por Estados Unidos y la antigua Unión Soviética), funcionó la operación internacional Devolver la Esperanza. Después de eso, estalló el caos militante.
Somalia es un ‘estado fallido’ y tal vez algo peor: un país federal pálido, monitoreado por la Unión Africana y la ONU, que vive casi mendigando la ayuda que viene de fuera, que infructuosamente trata de poner orden en varios intentos de secesión, también fallidos. Y que encima tiene ahora, metido en su seno sangrante, al orate grupo islamista Al Shabab.
Sus integrantes, tan religiosos ellos, no dejan pasar la ayuda humanitaria y el gobierno, endeble desde siempre, tampoco es capaz de controlar la situación. Sobre todas esas plagas cayó una sequía de espanto, que podría ser la peor de los últimos 60 años, y que le hace un guiño tenebroso a quienes creen que el cambio climático es un cuento ecologista.
¿Cómo es posible que un rincón de la Tierra se desbarranque por esos abismos? No lo olvide, es África. La hambruna galopante podría extenderse a otros países y alcanzar a 12 millones de personas en el ‘Cuerno Africano’ (que incluye también a Eritrea, Yibuti y Etiopía). Pero qué cuernos importa. Si al ‘continente negro’ suelen mandarlo al carajo.
Fuente: La República
Esta es una triste noticia, y no es del todo bien para ver gente que muere a causa de la desnutrición y la mayoría de ellos son niños. Espero que ellos recibirán en poco tiempo la ayuda que necesitan y ya no podremos ver y escuchar sobre este tipo de noticias.
A nadie le importa este pais por la cuestion de carecer de petroleo, si tuviera recirsos petroliferos ya habría sido intervenida.