Algunas claves para entender la crisis política que azota Honduras

El depuesto presidente Manuel Zelaya dejará el país luego de que Porfirio Lobo asuma como nuevo mandatario. Se abre un nuevo capítulo para superar la crisis desatada con el golpe de Estado del 2009

Zelaya, un empresario maderero que a la mitad de su mandato cambió su discurso hacia la izquierda, está refugiado desde hace más de cuatro meses en la embajada de Brasil en Tegucigalpa desde que regresó al país clandestinamente en septiembre.

Lobo ganó las elecciones presidenciales el 29 de noviembre, aunque varios países latinoamericanos, como Brasil, no las reconocen por haber sido organizadas por el Gobierno de facto de Roberto Micheletti. Estados Unidos las avaló.

A continuación algunos hechos para entender la crisis política:

Honduras tiene una larga historia de golpes militares. El Ejército derrocó presidentes en 1956, 1963 y 1972 y encabezó casi de forma ininterrumpida una serie de gobiernos hasta 1982, cuando el poder volvió a manos de los civiles.

El Partido Liberal -al que pertenecen Zelaya y Micheletti- y el Partido Nacional -en el que milita Lobo- han dominado el escenario político de Honduras desde hace más de un siglo, alternándose en el poder con los militares.

Estados Unidos, el principal aliado comercial del país centroamericano, usaba a Honduras como base de sus operaciones contrainsurgentes en Centroamérica durante la Guerra Fría. En la década de 1980, montó una base militar que aún conserva y entrenó en el país a miembros de la “Contra” nicaragüense que intentaban derrocar al sandinista Daniel Ortega.

Honduras es uno de los tres países más pobres de América junto con Haití y Nicaragua y es productor de café y textiles. Una mayoría de los empresarios apoyó el golpe de Estado contra Zelaya, que había enojado a políticos y hombres de negocios cuando en agosto del 2008 se alió al presidente izquierdista de Venezuela, Hugo Chávez.

Honduras es el segundo país más poblado de Centroamérica después de Guatemala, con 7,7 millones de habitantes, en su mayoría mestizos, mezcla de colonizadores españoles con indígenas lencas, descendientes de mayas y otras etnias. En la costa Caribe viven los garífunas, una mezcla de indígenas con esclavos negros africanos de la época colonial.

Un 70 por ciento de la población de Honduras vive en la pobreza, pero además soporta altos niveles de violencia de pandillas juveniles y cárteles del narcotráfico que transportan cocaína desde Sudamérica hacia Estados Unidos.

Como otros países centroamericanos, es altamente dependiente de las remesas que envían los inmigrantes de ese país a sus familiares.

La economía de Honduras está sufriendo por la interrupción de la vital ayuda internacional que recibía por parte de organismos internacionales y de Europa. Estados Unidos sólo suspendió parcialmente la ayuda como sanción ante la ruptura del orden constitucional con el golpe de Estado.

El retroceso en la economía es el más grave en una década y el peor registrado desde 1999. El golpe contribuyó a una caída de la economía en el 2009 del 2 por ciento.

Fuente: El Comercio

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