No matarás

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Por Augusto Álvarez Rodrich

Una condena histórica que es un himno a la vida

El fundamento contundente de la sentencia que condenó a Alberto Fujimori a veinticinco años de prisión por hallarlo culpable en todas las acusaciones por violación de derechos humanos es un hecho histórico y un legítimo motivo de orgullo para los peruanos, pero, antes que eso, es un homenaje a la vida que genera la esperanza de que esto no ocurra más en el Perú.

Por ello, el país les debe un sincero y profundo agradecimiento a los vocales César San Martín, Hugo Príncipe y Víctor Prado, quienes condenaron a Fujimori por los asesinatos en La Cantuta y Barrios Altos por parte de un comando paraestatal que –como demostró el fallo y no se debe olvidar– se organizó con la participación crucial del entonces presidente.

La justicia peruana condenó a Fujimori por ese motivo. No por sus políticas ni por venganza, como aducen sus partidarios, sino, para decirlo de un modo claro y directo, por asesinato.

Por ello, más que la cara compungida del condenado cuando le leían su sentencia, la imagen con la que debe recordarse este momento histórico en el futuro debe ser el rostro sereno y tranquilo de Gisela Ortiz y Raida Cóndor.

Gracias al esfuerzo valiente, prolongado e inagotable de mucha gente como ellas, para que los asesinatos de su hermano y de su hijo por el ‘grupo Colina’ de Fujimori no quedaran impunes, los futuros gobernantes ahora están advertidos de que deben respetar la vida de todos los ciudadanos y de que no pueden asesinar –ni encargárselo a alguien– por más poderosos que se sientan o más ‘justificada’ que sea su causa.

Algunas expresiones luego de la condena, sin embargo, reflejan que va a persistir la creencia de que el fin justifica los medios. No solo en los fujimoristas, hoy con sangre en el ojo y sed de venganza, sino en otras tiendas políticas. Lourdes Alcorta del PPC –para quien “Barrios Altos fue una lamentable casualidad”– o Luis Giampietri, el vicepresidente del Apra, son solo dos ejemplos. Como ellos, varios creen que la sentencia de San Martín reivindica al terrorismo, cuando no es otra cosa que el rechazo al terror como forma de combatir al terror, el triunfo de la justicia sobre la impunidad.

¿Esta sentencia beneficia o perjudica el futuro electoral de Keiko Fujimori? ¿Podrá Alberto Fujimori recibir un indulto? ¿Alguien que no sea su hija tendría el desparpajo de dárselo?

Eso no importa en este momento. Al margen de lo que ocurra después, y de lo que consiga la componenda oscura, el título de condenado a veinticinco años por asesinato no se lo quitará nadie a Alberto Fujimori. Y, en poco tiempo, el proceso que empezará por corrupción seguramente le añadirá el cartel del ladrón.

Fuente: http://www.larepublica.pe

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Comentarios

  1. Juan J. García escribió:

    No es el único caso. Recordemos a Leguía que promulgó una Constitución en 1920 sin reelección, y luego para ser candidato y gobernar 11 años la modificó dos veces; terminó su mandato de modo irregular con un Golpe de Estado, estuvo preso y murió prisionero. Fujimori promulgó una Constitución hecha a su medida, la interpretó a su gusto y la utilizó para perpetuarse en el poder, iniciando el año 11 de su gobierno fugó del país y renunció por fax (burla más grande), es capturado y extraditado, juzgado y condenado. Esperamos que no muera en prisión, pero si pague sus culpas.

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